FORMATO:
1 DVD
PRECIO:
1 EURO (sí, sí, un euro, one euro, une euro)
LUGAR:
ALCAMPO SEVILLA – RONDA DEL TAMARGUILLO
Tardes
de trailers
Existe
la leyenda urbana según la cual, el número de suicidios se
incrementa los domingos por la tarde. Como muchas leyendas urbanas,
tiene lo suficiente de posible como para ser creída, ¿A quién no
le ha entrado un agobio muy grande cuando se da cuenta de que después
de un fin de semana tranquilo (o muy fiestero) hay que volver a las
clases o al trabajo? ¿Qué hace uno con esas horas absurdas que hay
entre las siete y las diez de la noche, sobre todo cuando hay que
madrugar al día siguiente? ¿Por qué no me ha dado tiempo a hacer
todo lo que tenía pensado? ¿Cuándo se va a ir de mi casa la chica
con el dragón tatuado con la que desperté esta mañana? ¿Por qué
me lanza miradas sospechosas desde la mesa mientras teclea en su
portátil?
En
fin, yo esto de la “leyenda urbana” debería decirlo con la boca
chica porque conozco, al menos, un caso de suicidio – no cercano a
mi, simplemente saltó en una conversación con alguien que conocía
un poco – que se llevó a cabo en una de esas temibles tardes del
día del descanso. A partir de aquí, podría frivolizar con que, por
este motivo buena parte de la jornada futbolística se concentra en
los domingos por la tarde, que así la gente puede descargar su furia
y sus frustraciones – por lo general sobre el árbitro, jugadores
extranjeros, guardias de seguridad, su suegra, el vendedor de bocatas
y el resto de la población mundial -, que si pan y circo para el
pueblo, que si el opio para la gente...
Pero
mejor no, el hecho de quitarse la vida no es objeto de chistes...
salvo, claro, que uno de los personajes de la película de la que
hablamos hoy intente hacer eso mismo durante todo el film... ¡porque
no puede morir!
Siguiendo
con mi increíble capacidad para hilar temas, una de mis mayores
aficiones para las horas vagas del Día del Señor ha sido ver
trailers de películas, lo cual no requiere tantos insultos como los
que se oyen en un partido de fútbol infantil (salvo cuando al
montador se le ocurre meter un susto final antes de los créditos de
una de terror), y me parece una elección mucho mejor que suicidarse.
Porque suicidarse es una mierda, y con eso zanjo las risas sobre el
tema de la muerte voluntaria.
Hasta
que empecemos a hablar del DVD que hoy nos ocupa, claro.
Y
la eutanasia no la incluyo.
Y
esto es un homenaje a “La
realidad estupefaciente”.
A
lo que iba, frente otra gente que prefiere llegar a la sala con el
tiempo justo para “no ver la pesadez de los trailers” - ¡en qué
cabeza cabe! -, yo soy de los que le gusta ir temprano para poder
verlos todos. El problema (o la ventaja): se suelen poner adelantos
de películas que enlazan con la temática del film que se va a
ver... bueno, de aquella manera, porque más de uno se comió “Un
plan sencillo” (“A simple plan”, 1998, dirigida por Sam Raimi),
porque antes se proyectaba el trailer de “La Amenaza Fantasma”
(“Star
Cagarruta, Episode I”, 1999, George Lucas) . Pero, por lo
general, si uno va a ver, por ejemplo, una de Disney, lo mas seguro
es que le caiga imágenes de otras películas de animación, anuncios
de DVDs de algún clásico que se pueden adquirir “a
un precio especial, por tiempo limitado”, o fragmentos de
alguna comedia estupendamente blanca y libre de lenguaje soez. O al
menos, hasta que a Disney le dio por comprar la mayor
parte del entretenimiento freak,
todo esto era esperable. Eso si, si es una de Pixar, ya les vale más
correr para no perderse el, probablemente, alucinante
corto previo.
Para bien o para mal, los Igor tipo Pratchett no salen (del todo) en este DVD |
Los
trailers, al igual que la intro cantada de las series de animación
ochenteras,
dan la impresión de que lo que se va a ver es mucho más alucinante,
dinámico y mejor hecho que lo que uno acaba por visionar tras el
pago de la entrada. Aunque a veces son incluso peores y lo que
consiguen es contarte toda la trama antes incluso de que puedas
pensar “mmmm, tiene buena pinta, lo mismo la veo cuando al
estrenen”. Eso, cuando no concentran los mejores gags de una
comedia, dejando pocas risas cuando ves el film.
Para
los que nos gusta el cine, el hecho de que Apple consiguiera crear
una página que aglutinase
de forma periódica y organizada – ya saben, en el estilo limpio y
funcional que caracteriza a la empresa de la manzana -, los trailers
mas novedosos, supuso una gran alegría. Sobre todo porque no se
concentra únicamente en los grandes estudios o en los estrenos tipo
“Blockbusters”, sino también en una buena cantidad de
lanzamientos que aquí tardaremos años en ver... si es que incluso
nos llegan, claro. Por no olvidar que uno puede echarse unas risas
viendo cómo se titulan
algunos de los escasos lanzamientos de cine español que llegan a
territorio yanqui.
Por
supuesto, Apple no fue la primera que ofreció un servicio de esta
índole, y durante un tiempo tampoco fue la que ofrecía la mejor
calidad de imagen, pero en los tiempos pre-youtube, no requería el
baile de codecs y descargas de software con alto porcentaje residual
como el de Real
Audio – ahhh, aquel trailer de “La Comunidad del Anillo”
visto con más saltos que una carrera de obstáculos, en el PC de la
delegación de estudiantes – así que, como ocurrió con el Iphone,
las prestaciones óptimas se vieron derrotadas por la sencillez y la
ergonomía.
Por
lo menos para mi que no me importa ver los trailers en inglés.
Sin
duda, lo que terminó de ganarme para la página de la empresa otrora
dirigida por Steve Jobs, fueron los diarios de producción de
“Watchmen”, cada lunes, de manera bastante religiosa, esperaba
con impaciencia el nuevo adelanto del film. Por aquel entonces, la
web ya estaba ofreciendo imágenes en HD y era una gozada.
Alrededor
de esa época vi el adelanto del film que nos ocupa hoy. Con lo que
batimos un nuevo récord de casi dos páginas (según el procesador
de textos) de introducción antes de hablar de la película. Esto
marcha...
Una
comedia negra de animación
El
trailer de “Igor” (dirigida por Tony Leondis y estrenada en los
EEUU en 2008) nos presentaba un mundo en el cual, cada científico
loco tiene un ayudante Igor, cuyo cometido principal es “Tirar de
la palanca” para activar la alucinada creación de los mad
doctors.
Pero... un Igor en particular quiere ser inventor terrorífico...
Siempre es mejor hacer una comedia negra de animación que una comedia involuntaria, ¿Eh Christian? |
Vale,
como premisa, no parece que vaya a ir muy lejos, pero si el personaje
principal lo dobla (en los EEUU, claro), John Cusack, el resto del
reparto lo conforma John Cleese, Steve Buscemi más otros actores
reputados, y si uno encuentra especialmente graciosos los gags del
adelanto, pues... espera con ansias su estreno. Además, una película
que admite la existencia de “los Igor” como en las novelas de
Terry
Pratchett, bueno, qué más se puede pedir... Curiosamente parece
que Pratchett
nunca se ha pronunciado sobre el tema, los mismo es que tampoco se
llegó a enterar...
Lamentablemente,
“Igor” llegó tarde y mal a España, su estreno pasó
prácticamente de tapadillo, y al no tratarse de un carismático
título de Dreamworks (o sea, otra parte de Shrek), Pixar o Disney,
pues incluso los programas
de cine que repasan de forma somera los estrenos, solo le
dedicaron una breve mención. Eso sí, la distribuidora confió lo
suficiente en ella como para contratar a Santiago Segura como
doblador del personaje principal. Maniobra que, estoy seguro, echó
para atrás a más de uno.
A
mi no, Segura
me sigue cayendo bien por el mismo motivo que me caía bien en cuanto
supe de su existencia, porque ha demostrado, como Alex
de la Iglesia, que se puede ser un freak de tomo y lomo y
triunfar en la vida. Después Zack Snyder nos chafó la guitarra de
la alegría porque nos enseñó que uno puede ser guapo, buen tipo,
estar petado, ser un freak y triunfar en la vida. Hijo
de puta.
Pero
en cualquier caso, la razón por la cual no vi “Igor” en la
pantalla grande (bueno, mi plasma es de 37 pulgadas, tampoco anda
mal), fue su breve paso por la cartelera. De hecho, el film pasó sin
pena ni gloria durante su periplo internacional o incluso en el
estadounidense. Si hacemos caso a las cifras oficiales, a duras penas
consiguió beneficios, aunque, como suele pasar, remontó un poco el
vuelo cuando se lanzó para venta y alquiler.
Obviamente,
el hecho de que me encuentre varias copias precintadas, al precio de
un euro en los cubiletes de ofertas especiales de “el Alcampo”,
implica que en España, la cosa no fue tan bien. Pero al menos la
pude comprar sin excesivo peso en la conciencia si acababa por no
gustarme.
¿Por
qué no triunfó “Igor”? Básicamente, se trata de una comedia
negra de animación. Si ya el género es difícil de llevar de forma
que agrade al público mayoritario con actores de carne y hueso, con
la animación es el doble de complicado, si encima el estilo visual
parece una versión colorista de los diseños tipo Tim Burton, y si
además, no hacia mucho tiempo que se había estrenado “La novia
cadáver” (“Corpse Bride”, 2005), pues lo tiene usted muy
complicado.
Aunque
por lo general yo agradezco cuando no se canta en los films de
animación
En
fin, resumiré lo más posible la trama, (o sea, leer esto va a ser
más largo que ver el DVD), aunque habrá SPOILERS
COMO UN PIANO.
El
imaginario reino de Malaria (la primera en la frente) está sumido en
la oscuridad, su economía, basada en la agricultura, se viene abajo
tras la llegada de unas grandes nubes negras que impiden que llueva
de forma razonable o que llegue la luz solar. El rey Malbert (qué
curioso, como Dogbert,
por cierto ¡es Jey
Leno!) decide entonces que para salvar al país, lo mejor que
puede hacer es organizar un concurso de invenciones demoníacas con
las que chantajear al mundo exterior, so pena de liberar a la
ganadora de la competición anual y así haga estragos en el resto
del planeta.
Todo
esto nos lo cuenta el propio Igor en primera persona, que no tarda en
explicarnos que la salida de su joroba a temprana edad fue uno de los
elementos decisivos a la hora de mandarlo a la escuela de Igors, pero
nuestro Igor protagonista aparece después de haber visto los Igors
de otros científicos (entre ellos una doctora con pinta de
rastafari), el Igor que nos interesa es el que presta su ayuda al
Doctor Glickenstein. Y por si no se les ha quedado claro cual es la
palabra que se va a repetir más veces en este post: Igor, Igor,
¡Igor!
Glickenstein
está doblado por un delirante Cleese, y su obsesión es crear un
impresionante cohete al que no acaba de encontrarle el punto.
Atención a líneas tan grandes como cuando falla su activación y
declama “¡Mamá, debería haberme hecho fontanero, como tu!” El
buen doctor parece bastante ajeno a dos de los experimentos de Igor
que actúan como ayudantes del ayudante... hasta donde les es
posible, mientras campan con tranquilidad por el laboratorio. Por un
lado está “Scamper” (genial Steve Buscemi), un conejo
inteligente y reanimado al que Igor dotó de una preocupante
inmortalidad... el problema es que el bueno de Scamper es preso de
una conducta suicida que le hace buscar la muerte de las formas mas
imaginativas posibles, con secuencias de auto recuperación a la
zaga, a fin de cuentas “To Scamper” es “escabullirse” y el
conejo siempre acaba evitando la muerte. A esta criatura le toca
hacer de contrapunto sarcástico frente a su sidekick,
“Brian”, un cerebro dentro de una destartalada estructura
metálica que la hace las veces de cuerpo. Este es uno de esos
chistes del lenguaje imposibles de traducir convenientemente y que
requieren de la inteligencia del espectador, como ustedes sabrán
“Brain” en inglés es “Cerebro”, pero como la criatura no es
especialmente brillante se pintarrajeó con un rotulador indeleble
“Brian” sobre el vidrio que protege su materia gris. La gracia
reside en que, aún en su forma disléxica, “Brian” es un nombre
propio inglés. En el doblaje español (y en los subtítulos) se nos
intenta hacer entender que lo que se ha escrito es “cerebelo”, lo
cual obviamente es lo que se llama, en mi casa y en la suya, meter
las cosas con calzador.
Sí, paso de poner una foto de Michael Douglas |
No
tardamos en conocer al Doctor Schadenfreude – tanto su apellido
como el del jefe de Igor son complicados juegos de palabras, esta
vez, en alemán -, el malo de la función y que, curiosamente, hace
acto de presencia por primera vez como una especie de trasunto de
Liberace (vaya usted a saber la intención de los diseñadores con
esto), quien lleva ya muchos años ganando el concurso de invenciones
terroríficas y que aspira al trono de Malasia. Pero Schandenfreude
es un timo de principio a fin, la única razón por la que consigue
ganar el certamen es porque tiene bajo sus ordenes a Jaclyn, una
lugarteniente malvada con la que mantendría una relación
sadomasoquista si no fuera porque todos los guantazos se los lleva el
Igor particular de Schadenfreude (¡Christian Slater!). Jaclyn es
capaz de cambiar de físico gracias a unas pastillas y transformarse,
por ejemplo, en la rolliza Heidi campesina-algarroba que hace
sospechosas visitas al laboratorio de Glickenstein para espiar sus
diseños.
Heidi
se permite a despreciar a nuestro querido Igor, pero cuando el buen
doctor le lleva la contraria a su ayudante en la elección de una
pieza, muere en una explosión producida por su propia incompetencia,
dejando solo un brazo. No tarda en aparecer el rey de Malasia, quien
arde en deseos de conocer la última invención de Glickenstein, con
la que espera frenar el creciente carisma de Schadenfreude. Igor sale
por al tangente y convence al rey de que el doctor sigue vivo, de
hecho, ha llevado a buen puerto el milagro de crear vida. Malbert se
muestra convencido e Igor inicia los procedimientos para llevar a
cabo su gran experimento.
Como
ustedes ya habrán adivinado a estas alturas, el film es una parodia
de Frankestein, no de la novela de Mary Shelley, sino de las
películas y de sus convenciones.
Después
de unas maniobras un tanto truculentas, Igor conforma su gigantesco
monstruo, al que dota de una piel indestructible y de un “hueso del
mal” habilitado en un dedo, que será lo que le transforme en un
ser destructivo. Tras la secuencia de “¡Tira de la palanca!”,
que parece extraída directamente de “El jovencíto Frankestein”
(“Young Frankestein”,1974) de Mel Brooks - aunque sucede de forma
muy rápida, esto es animación y el fotograma sale muy caro -,
descubrimos la gigantesca creación de Igor... que se identifica como
“Eva”. Esto puede ser otro juego con la fonética, ya que en
lugar de ser “Evil” (Malvada), la criatura se presenta con el
nombre de una mujer, que en inglés tiene una pronunciación
parecida.
Igor
se desespera ante la capacidad de Eva de hacer ningún acto violento,
de hecho, cuando escapa del castillo y su rastro les lleva a un
orfanato de niños ciegos, el de la joroba espera que esté
cometiendo toda de clase de horribles atrocidades (lo de que esto es
una comedia negra de animación iba muy en serio). En su lugar, la
“mónstrua” juega con los pobres huérfanos invidentes (de nuevo,
referencias a Frankestein), e Igor decide llevársela a un centro de
lavado de cerebros.
¡"La mosca" (versión de 1958) y "La Naranja Mecánica" referenciadas en una sola escena! |
Allí
aplican a Eva el “Método Ludovíco” (tal y como pudimos ver en
“La naranja Mecánica” de Stanley Kubrick, 1971), pero por un error de
Brian, la pantalla acaba sintonizando una entrevista del “Actor`s
Studio” (por donde han pasado casi todos los actores destacados
del cine y la televisión, y famoso por el tono profundo de sus
charlas) dedicada al famoso musical “Annie”.
Sí, como nos explica el propio film, la historia de una huérfana
que emociona al mundo. Seguimos para Bingo...
A
estas alturas, Schadenfreude ya ha descubierto la muerte de
Glickenstein y que Igor ha creado su particular monstruo, con lo que,
armado con un rayo reductor, se dispone a conseguir su objetivo para
arrebatarle la criatura al jorobado. De verdad que la persecución es
desternillante.
Tras
sobrevivir a la persecución, y con Eva transformada en una actriz
del método, Igor intenta hacerle ver que la competición de
inventores maléficos es en realidad una audición para un nuevo
montaje escénico de “Annie”, en la que hay que reventar a los
demás actores – porque sé que esto es imposible, pero yo esto me
lo tomaría como una referencia a “La
fura dels Baus” -. El jorobado aún alberga la esperanza de
que, a través de un mal acto, el hueso de la maldad de Eva se active
y arrase con todo.
Durante
el periodo de ensayos para la audición, la película nos regala un
montaje de tonteo entre Eva e Igor, acompañada de momentos no tan
preciosistas, como cuando Brian le corta una mano a Scamper sin que
ninguno de los dos se dé cuenta... Otro momento “raro” es cuando
el rey Malbert tiene una entrevista en la televisión local y el
reportero es un hombre invisible, que lleva chaqueta pero no
pantalones... para estupefacción del rey, sobre todo cuando al
redactor le da por rascarse el culo – él dice la pierna, no hagan
caso - en directo (el sueño de más de un reportero, se lo aseguro).
Tras
una secuencia de regalos entre Eva, Igor y sus ayudantes – que
consigue no ser demasiado edulcorada -, Schadenfreude intenta
convencer a Igor, tanto por las buenas como por las malas, de que le
ceda su creación, pero al final, lo que funciona es el desengaño
amoroso que sufre Eva tras una conversación con la deplorable Heidi.
Malbert
visita el castillo y no se cree a Igor cuando le dice que ha sido él
y no el fallecido doctor, el que ha creado vida, con lo que lo manda
a una cadena de “reciclaje” (lo condena a muerte, vamos). Por su
parte, Schadenfreude consigue finalmente enfurecer tanto a Eva como
para que destroce algo y se active su hueso de la maldad, con lo que
se pone to loca. Llega la competición / torneo y la mónstrua
aniquila sin problema al resto de aspirantes mientras se arranca por
uno de los temas mas famosos de “Annie”. Atención amantes dela
serie B, que hay referencias a más de una criatura mítica del
género entre los demás inventos, y y si se fijan, el film nos hace
un 2x1, porque la secuencia aparición de los bichos es la misma que
se usa en la introducción explicativa de la película, solo que
viradas en monocromo. Mientras Eva masacra a sus enemigos, Brian y el
conejo convencen a Igor de que se escape e intentan recuperar a “su
chica”, de paso, descubren que el mal tiempo que azota a Malaria es
una invención del rey Malbert, quien atrajo mediante un artilugio
las negras nubes que asolan las tierras del país.
En
el gran final, Igor consigue convencer a Eva de que vuelva a su yo
benevolente, el rey muere porque se le cae encima la antena de su
propia máquina, Schadenfreude es derrotado y vuelve al negocio
familiar de la venta de pepinillos ambulante, no sin antes enterarnos
de que Malasia pasa a ser república y que Igor es el nuevo
presidente. Tras quedarse sin pastillas para cambiar su apariencia
física, descubrimos que Jaclyn es en realidad una “Igorina”, y
acaba aceptando una cita con el ex-ayudante de su ex-jefe.
Los
huérfanos ciegos cantan “I can see clearly now” (en serio, de
verdad que la canta)n en el auditorio donde se había celebrado
el torneo de inventos chungos) y fin.
Llegados
a este punto, ustedes se preguntaran si me gusta la peli o no. De
hecho, me encanta, la he visto cuatro veces de cara a esta entrada –
dos en versión original, dos con su doblaje al castellano - y en
todas las ocasiones me he meado de risa. Ya saben, podría decirles
que me he reído mucho y me ha emocionado, pero en realidad es que me
he meado de la risa y me ha parecido muy sentimental, lo justo, de
hecho.
Ahora
bien, ¿Por qué esta película pasó sin pena ni gloria por la
cartelera? ¿La animación era chusca? ¿Falta de canciones que
engancharan? ¿Doblaje defectuoso? Pues por la parte técnica, muy
pocos defectos, de hecho el nivel de detalle en algunas cosas –
estoy pensando en los reflejos y la creación de los escenarios,
todos con pequeños detalles que pueden llamar la atención del
espectador mas minucioso – denota que estamos ante una gran
producción, aquí hubo pasta de los ex-dueños de Miramax, no menos.
Los montajes relacionados con Eva están salpicados de temas hechos
famosos por Louis Prima y las voces (sobre todo los actores de la
versión americana) están en perfecta forma. ¿Qué pasa entonces?
Pues,
como ya les conté anteriormente, pasa que una comedia negra es muy
difícil de llevar buen puerto si no tienes un personaje principal
que se parezca a Johnny Depp. “Igor” oscila entre un
sentimentalismo 100% Disney y bromas dignas del Peter Jackson de “Mal
Gusto” o “Brain Dead” (con sus límites, que esto sigue siendo
animación hasta cierto punto infantil), además, algunas bromas son
demasiado rebuscadas para que el público infantil las entienda pero
quizás no tanto como para sorprender a los padres.
Oh
sí, quizás algunas bromas (incluyendo chistes para cinéfilos) van
destinadas a un público muy concreto, y este es el gran problema que
muchos críticos encontraron en el film: que no se sabe a quién va
dirigida. Es a veces muy tierna y otras muy burra, de hecho, hay un
momento al final que casi parece que la propia película intenta
hacernos ver que sabe que se ha pasado de la raya: El conejo inmortal
está arreglando a los huérfanos invidentes para su número cuando
ve que uno de ellos se ha puesto el chaleco al revés y le espeta
“¿Qué pasa, estás cie...?”, repara en lo que va a decir y él
mismo le da la vuelta.
Pero
ni por esas llega a los niveles de crueldad de “South Park” o
“Dethklok / Metalocalypse”, tampoco es animación “adulta”
100% como algunas de las propuestas más alucinadas de Ralph Bakshi.
No obstante, sería comprensible que más de un padre arqueara la
ceja al ver a Scamper salir de una trampa comiéndose sus propios
pies, por no comentar las veces que intenta quitarse la vida. ¡Pero
es que es muy gracioso!
En
todo caso, yo considero que ahí está la gracia de propuestas más
adultas dentro del cine de animación: la capacidad de hacer cosas
que con actores de carne y hueso no funcionarían, y no, con eso no
incluyo la trama de aquel VHS de Urotsukidoji que me compré unas
Navidades, acabando con todo rastro de inocencia en mi joven
cerebro...
Finalmente,
la historia de amor entre Igor y Eva es mucho más honesta y no tan
retorcida – o hipócrita - como la de “El jorobado de Notre-Dame”
de Disney (1996). Hay un mensaje hasta cierto punto engañoso en el
film, ya que empezamos con Malasaia como una tierra dedicada al Mal,
pero tras la caída del rey, Igor pronuncia un discurso para
emocionar a las masas y recordarles que no es necesario ser chungo
para triunfar en la vida. Pero puede que el tono cambiante de la
historia deje a más de uno desconcertado (es decir, con el culo
torcido), así que, puedo concluir que esta película es como los
Spock's Beard,
puedo entender que no es para todo el mundo, pero me cuesta creer que
algo tan jodidamente bueno pase tan jodidamente desapercibido.
En
lo referente a la edición en DVD, pues es bastante espartana, no les
voy a engañar, desconozco los detalles del lanzamiento en los EEUU o
en otros países, pero aparte del trailer y un corto clip con el
storyboard desglosando la escena de persecución de carruajes, el
único material “extra” digno de mención es una entrevista a
Santiago Segura, la cual, sinceramente, parece que se haya
planificado así:
Ejecutivo
de la distribuidora: “Vamos a aprovechar que está Santi en el
estudio de doblaje, llamad a una productora, que me traigan una
reportera que se mire la sinopsis de la peli de camino en el coche y
un cámara con un par de butanitos, le hacen unas cuantas preguntas y
lo metemos en el DVD, ah, y coged recursos de Segura doblando”.
Pero,
por otro lado, ¿Cuántos extras quieren por un euro? Por eso, no
puedo dejar de recomendarla, “Igor” es, hasta ahora, y junto con
el “Six”
de Tony Banks, el mejor producto de Cultura Barata que ha pasado
por el Blog, así que si se la encuentran de segunda mano a un precio
tan irrisorio como yo (aunque lo dudo) no se lo piensen dos veces,
fíjense lo que les digo, hasta en el precio límite que tenemos en
esta sección – recuerden, 12 euros -, merecería mucho mucho la
pena. Una joya perdida.
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