lunes, 23 de marzo de 2015

LA CALMA ANTES DE LA TEMPESTAD (O ALGO ASÍ)



Me dicen mis fuentes que la última iteración de “12 canciones tristes” en el sevillano (y trianero) Bar-Café Bohémio Kahawa estuvo muy bien, o, en palabras del dueño del local, “has dado un concierto muy bonito” ¿Qué más se puede pedir? Pues supongo que, si usted lee estas lineas y no ha venido a uno de mis shows (qué raro se me hace usar la palabra cuando se trata de mí), que se venga al próximo. Copón (palabra que a mi madre le disgusta mucho que use, por cierto).

Foto cortesía de Javier Rojas

Mientras me decido o no a colgar los momentos estelares del concierto en vuestro canal de Youtube favorito – be kind, suscribe -, aquí les traigo una pequeña actualización de cómo marchan mis grandes proyectos para la dominación mundial... más o menos.

A ver, mis días andan bastante llenos de actividades de un tipo u otro – una cura estupenda para el insomnio, se lo digo yo, anoche caí ten redondo en la cama que casi me ha molestado el despertador y mira que estaba programado para dejarme dormir mis horas -, así que espero que tantas “cosillas” lleguen a buen puerto, pero vayamos por partes.

Tengo muy poca presencia en el último This is Rock, aunque ALGO me dice que eso va a ser un poco diferente en el próximo número.... Pero eso sí, mi exigua aportación no podía ser otra que una entrevista al magnifico, enorme y simpático Neal Morse. Aunque un poco accidentada por la poca fiabilidad de la que a veces hacen gala las conexiones por Skype a la línea telefónica normal, nuestra conversación giró especialmente en torno a “The great experiment”, la última grabación que ha firmado el otrora líder de Spock's Beard, además de insigne miembro de Transatlantic y Flying Colors. Aunque esta vez se lanza el disco bajo el nombre de “The Neal Morse Band”, con lo que se entiende que los regulares de su banda en en vivo – como los sempiternos Randy George o Mike Portnoy – han jugado un mayor papel en la composición de los temas... y debo de ser el único que no cree que es lo mejor que ha hecho hasta ahora Morse, a tenor de las otras reseñas que he leído. Ay Fran, siempre nadando a contracorriente.... En fin, si quieren saber mi opinión al respecto, no dejen de leer la revista, pero ya les adelanto yo que después de “Momentum “(2012), me cuesta imaginar que Neal alcance cúspides mucho más altas (artísticamente, al menos, aunque espero equivocarme).



Por otro lado, están las reseñas. Aunque ya hace algún tiempo que se lanzó (ya saben, la vida), el álbum de regreso de los canadienses The Tea Party – ejemplo, como Anthrax, de que hay que ser cuidadoso con la elección de nombres para tu banda, no sea que te las tengas que ver con asociaciones desagradables -, he de decir que “The ocean at the end” (finales del 2014, de hecho) es una obra increíble, y cuyo tema-título es, simplemente, de otro universo. En el cual te introduce, todo hay que decirlo.



Por cierto, después de que los miembros de Messenger me avergonzaran de mala manera al saber más de Progresivo español que yo, he decidido enmendarme un poco con los últimos lanzamientos del panorama nacional, como por ejemplo, Albatros.



Pero hay una buena cantidad de otros lanzamientos la mar de interesantes de los que aquí os pongo un adelanto:





Bien, y ahora el resto de los proyectos. Tal y como ya saben algunas personas, he escrito una novela fantástica. No quiero decir que sea una creación estupendísima (que también), sino que he escrito algo que se puede enmarcar dentro del género fantástico. Después de un primer borrador caótico, confuso y prácticamente imposible de leer, voy ya por un tercero que parece ser un poco más definitivo. La cosa es que sigue sin ser excesivamente larga – el término americano novella se ajusta más a su longitud -, así que aún dudo sobre sus posibles salidas. Una de ellas podría ser sumarle “Un código básico” (el relato ganador del certamen organizado por Fanhammer) y otras historias que tengo en la recamara, de corte no-fantástico, y hacer un volumen autoeditado, de esos tan fabulosos que se hacen on-line... cuestión de verlo, supongo.

En el apartado musical, hace poco me compré un flamante interfaz de audio con vistas a grabar... ¿El qué? ¿TODAS mis canciones? Lamento sonar pomposo, pero hasta que me pueda permitir una orquesta (sí, ya sé que Tony Banks nos contó que la de Praga es asequible, pero me da a mí que “asequible” no significa lo mismo para él que para el resto de los mortales), hay temas que se quedarán en el formato de los directos, si es que me animo a registrarlos.

Hay más cosas que se encuentran en una fase francamente embrionaria: uno de los proyectos que me encantaría llevar a cabo es un libro, o mejor MEGALIBRO / COFRE (a lo edición tocha de Taschen), compilando mis entrevistas, amén de reseñas, artículos y fotos sobre música o músicos... podría ser el libro más caro de la historia con las peores ventas... junto con el volumen para promocionar el “Dune” de Jorodowsky... ¡Y ese se regalaba!

Para terminar, mi fulgurante carrera como “actor”... Como algunos recordaréis, hice un pequeño papel – poco más que un cameo glorificado – en el film “La memoria de los olivos” de Raúl Romera. Pero me alegro mucho de que la película continúe con su periplo por festivales ¿Me verá algún director de casting y dirá “ese muchacho tiene potencial”? Mmm... creo que será mejor esperar sentado a la llegada de esa respuesta.



Pero me he decidido también a hacer un pequeño videobook (por llamarlo de alguna manera) con algunas de mis idas de olla e intervenciones audiovisuales... ya verán ustedes qué risa.


O no.

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