Pongámonos
por un momento en modo Scott Adams: Si hay una cosa que el marketing
nos ha demostrado es que algo mola mucho más cuando se dice en
inglés. Como por ejemplo “marketing” en lugar de “formas de
hacer creer a la gente que la mierda que vendemos es sensiblemente
mejor que la mierda de la competencia”.
Siempre hay sitio para Dilbert en este blog |
Pero
si uno siente la imperiosa necesidad de confundir (aún más) a su
posible público, siempre puede intentar la jugada de, simplemente,
cambiar el nombre de su producto y esperar que surta algún tipo de
efecto. Y aunque odio llamar “producto” a mis conciertos (¡Porque
soy un artista torturado! ¿¿¡¡Entienden???!!), he decidido
claudicar y cambiar el nombre de “12 canciones tristes” por
“Canciones desnudas”.
“¿Por
qué ahora Fran y no hace un par de años?” Os oigo preguntar, como
ofensivos periodistas en una rueda de prensa de Krusty el payaso (o de Pablo Iglesias) al anunciar su retirada del mundo del espectáculo.
Fácil, hace ya un tiempo que la gente me venía dando la vara con
que lo de “12 canciones tristes” no era representativo del show.
No les faltaba razón, ni siquiera durante el primer concierto me
quedé en una docena de temas, de hecho toqué unos 17, y no todos
eran especialmente tristes o melancólicos.
El
pasado diciembre ejercí de telonero para una de las mejores bandas
(¿La mejor?) de Rock Andaluz que existen en la actualidad, esto es,
Malabriega. Cuando el grupo me propuso abrir para ellos, vi la
ocasión perfecta para presentar el “nuevo concepto”, que es,
efectivamente, el mismo que antes pero con el nombre cambiado.
En
otras palabras, un set en el que se alternan composiciones propias
con versiones de temas que de alguna forma me han marcado, y como las
suelo tocar únicamente acompañado de una guitarra, un teclado y mi
voz... pues... más desnudas no pueden estar.
El
estreno del “nuevo concepto” fue en la sevillana Malandar, y la
verdad es que he descubierto que me encanta esto de telonear: tocas
durante 30-40 minutos, te bajas del escenario y puedes irte
tranquilamente a la barra para saludar a la gente y disfrutar de un
pedazo de concierto (insisto, los Malabriega son un grupazo). Y no
sólo eso, Manuel Soto “Noly”, guitarrista de los míticos
Mártires del Compás y los propios Malabriega me permitió cumplir
el sueño de hacer un corto set repasando algunos temas de Genesis.
Ahí cayeron “For absent friends” (de “Nursery Cryme”, 1971),
“Cuko Cookoon” (de “The lam lies down on Broadway”, 1974) y
una versión de “Ripples” (de “A trick of the tail”, 1976).
Aunque también cayó un “More fool me” (de “Selling England by
the pound”, 1973) en versión piano y voz perpetrada por su seguro
servidor que también creo que salió bastante bien.
Más
recientemente, el “estreno completo” fue en Tinta Roja, una
cafetería en el esplendido barrio de Nervión que tuvo algunos
“momentos francamente” como diría Gomaespuma. Pero ahora vuelvo
a sentir el hambre de hacer otro “chou multimedia”, con sus
proyecciones y todo. Maldita sea, ha llegado el momento de sacar un
cuerpo de baile a lo Roxy Music, marionetas voladoras a lo Pink
Floyd, las pantallas gigantes a lo Rolling Stones, los rayos láser a
lo... ¿Cómo? ¿Cuánto dice que cuesta eso?
Bueno,
seguiremos por ahora con la guitarra, el teclado y la voz... paz pa
tos.
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