De nuevo, alocada foto de familía |
Ya sé lo que estarán pensando, "Fran no hace otra cosa que asistir a saraos culturales". Ya les digo yo que me encanta ejercer de blogger cultural, e ir a los sitios a canapear y medrar. Pero mucho me temo que el grifo para asistir a esta clase de eventos se me corta como ya que mismo. Al menos por ahora, no hay muchos más eventos de los que informar, la realidad impone su ley y uno no puede asistir a todo lo que le gustaría, como por ejemplo el Festival de Cortos de Terror y Fantástico "La vieja encina" que se celebró hace unas semanas en San Nicolas del Puerto. En fin, ya habrá ocasión de resarcirse.
El propio Mansilla recibió un premio por parte de las programadoras culturales. |
Vamos a lo que ocupa el titular de esta entrada: la entrega de premios a aquellas obras, artistas y figuras que, en opinión del jurado del feSt, merecen un reconocimiento.
Manuel Cañadas, mejor bailarín |
Al igual que el año pasado, se contó con la inestimable presencia de Fernando Mansilla (nuestro particular Ian McKellen) apoyado por sus músicos - Luis Navarro y Daniel Abad -, como conductor de una gala muy divertida que contó con el añadido de las actrices Isa Ramirez y Ana Ropa, caracterizadas como esas programadoras culturales que algunos de nosotros nos hemos podido encontrar alguna vez; señoras un poco catetoides que sólo quieren traer espectáculos a sus pueblos que la gente de verdad pueda entender. O sea, más Arévalo que Robert Lepage y Robert Wilson deconstruyendo un MacBeth visto por detrás con música de Philip Glass. Y lo digo con todo el respeto hacia el humorista, les recuerdo que aquí analizamos la biografía de Mariano Ozores. (Y de hecho, yo me hice una foto con Arévalo en cierta ocasión, imagen que está a buen recaudo....).
Isabel Vázquez, mejor bailarina. |
Pero si hubo un nombre protagonista, más allá de los premiados - como en el caso de ASECAN, aquí tienen una selección de ganadores con sus correspondientes fotos y en la propia web del festival una cobertura más amplia -, fue el de Salvador Távora y su teatro, el cual se halla actualmente, al borde de un efectivo desahucio. En boca de casi todos los que se subieron al escenario estuvo la figura del cantaor y director teatral, reivindicado de forma efectivamente justificada. Se podría decir que la historia de La Cuadra es un poco paralela a la crisis económica que ha golpeado al mundo y, por ende, al tejido empresarial sevillano. Los tiempos de optimismo y montajes ambiciosos se dan de bruces con la erosión de un público que pocos espectáculos se puede permitir y menos aún con un salvaje IVA cultural. Ya sé que empiezo a sonar como un disco rayado con el tema del impuesto, y reconozco que la raíz del problema es más profunda, pero este 21% no ayuda precisamente.
Por eso es importante que iniciativas como el feSt sigan existiendo, tal y como anunciaron las dos programadoras de pega, son una serie de espectáculos que no se ven ni en el Lope de Vega, ni en el Teatro Central ni en el Maestranza, los cuales tienen una serie de propuestas perfectamente respetables (y geniales en algunos casos), pero que juegan en una liga muy distinta a TNT, la Sala Cero, La Imperdible o La Fundición.
De nuevo, con el apoyo de la Fundación SGAE - antes que alguien me crucifique por mi comentario en la entrada anterior, yo no comulgo con todas las actuaciones de dicha sociedad de autores, pero eso tampoco implica que no se pueda reconocer su gran labor en ciertos aspectos -, asistimos a una entrega de galardones que, cuando menos, resultó entretenida, y cuando más, llena de emociones a flor de piel.
En mi caso en particular, me llegaron al fondo del corazón las palabras de Isabel Vázquez. Quizás porque he llegado relativamente tarde a esto de subirme a un escenario, pero cuando dijo "tengo 50 años, muy mayor para ser bailarina, pero así me siento y así moriré" no pude evitar romper en aplausos.
Lo cual me recuerda el artículo que narró el evento en las páginas de El diario de Sevilla, con firma de Rosalía Gómez, quien ponía en solfa el hecho de que buena parte de los premiados habían dejado atrás los 40. Algo que no deja de ser curioso cuando, en estos últimos meses le he planteado a dos artistas muy diferentes (Sharon den Adel y Pastora Vega) los roles que puede adoptar una mujer que se sube a las tablas después de cierta edad.
Puede que estos hayan sido los premios de la veteranía, pero tampoco se puede olvidar que es una veteranía que se permite apadrinar nuevos talentos emergentes.
Y llegados a este punto, puede que ustedes se planteen si, como en el caso de ASECAN, no he visto los montajes que se han llevado el reconocimiento del jurado. Bien, en este caso ha sido aún peor, ya que de toda la oferta del feSt sólo he visto UN espectáculo... y ni siquiera estaba entre los premiados. Pero voy a hacer como el presentador de la gala, y usaré el recurso de decir que "mis espias" me han contado que hubo gran variedad de propuestas satisfactorias, aunque hubo no pocas funciones (incluyendo a la que yo asistí) que sufrieron la plaga invernal de los ataques de tos durante las intervenciones dramáticas.
En otras palabras, que la gente, con gripe o resfriada, tuvo fuerzas para ir al teatro, lo cual es muy encomiable, pero posiblemente un poco insufrible para los demás que estamos un poquito más sanos. A decir verdad, los problemas respiratorios de unos de los espectadores en la función a la que yo asistí fueron tan severos que llegué a sospechar que intentaba torpedear a la actriz protagonista por algún tipo de antipatía personal. Ese era el nivel.
En todo caso, después de esta gala, espero que empiece la cuenta atrás para que Sevilla cuente de nuevo, con la iniciativa del feSt.
Eva Rubio, mejor actriz |
Por eso es importante que iniciativas como el feSt sigan existiendo, tal y como anunciaron las dos programadoras de pega, son una serie de espectáculos que no se ven ni en el Lope de Vega, ni en el Teatro Central ni en el Maestranza, los cuales tienen una serie de propuestas perfectamente respetables (y geniales en algunos casos), pero que juegan en una liga muy distinta a TNT, la Sala Cero, La Imperdible o La Fundición.
Mane Solano (o más bien, su representación sustituta), mejor actor |
De nuevo, con el apoyo de la Fundación SGAE - antes que alguien me crucifique por mi comentario en la entrada anterior, yo no comulgo con todas las actuaciones de dicha sociedad de autores, pero eso tampoco implica que no se pueda reconocer su gran labor en ciertos aspectos -, asistimos a una entrega de galardones que, cuando menos, resultó entretenida, y cuando más, llena de emociones a flor de piel.
Juan Dolores Caballero, mejor dirección |
En mi caso en particular, me llegaron al fondo del corazón las palabras de Isabel Vázquez. Quizás porque he llegado relativamente tarde a esto de subirme a un escenario, pero cuando dijo "tengo 50 años, muy mayor para ser bailarina, pero así me siento y así moriré" no pude evitar romper en aplausos.
Ramón Bocanegra recoge el premio por el mejor espectáculo infantil. |
Lo cual me recuerda el artículo que narró el evento en las páginas de El diario de Sevilla, con firma de Rosalía Gómez, quien ponía en solfa el hecho de que buena parte de los premiados habían dejado atrás los 40. Algo que no deja de ser curioso cuando, en estos últimos meses le he planteado a dos artistas muy diferentes (Sharon den Adel y Pastora Vega) los roles que puede adoptar una mujer que se sube a las tablas después de cierta edad.
Ricardo Iniesta (acompañado por su equipo) recoge el premio al mejor montaje |
Puede que estos hayan sido los premios de la veteranía, pero tampoco se puede olvidar que es una veteranía que se permite apadrinar nuevos talentos emergentes.
El músico Manuel Calleja recoge su galardón |
Y llegados a este punto, puede que ustedes se planteen si, como en el caso de ASECAN, no he visto los montajes que se han llevado el reconocimiento del jurado. Bien, en este caso ha sido aún peor, ya que de toda la oferta del feSt sólo he visto UN espectáculo... y ni siquiera estaba entre los premiados. Pero voy a hacer como el presentador de la gala, y usaré el recurso de decir que "mis espias" me han contado que hubo gran variedad de propuestas satisfactorias, aunque hubo no pocas funciones (incluyendo a la que yo asistí) que sufrieron la plaga invernal de los ataques de tos durante las intervenciones dramáticas.
Roberto Quintana, premio de Honor por su carrera actoral |
En otras palabras, que la gente, con gripe o resfriada, tuvo fuerzas para ir al teatro, lo cual es muy encomiable, pero posiblemente un poco insufrible para los demás que estamos un poquito más sanos. A decir verdad, los problemas respiratorios de unos de los espectadores en la función a la que yo asistí fueron tan severos que llegué a sospechar que intentaba torpedear a la actriz protagonista por algún tipo de antipatía personal. Ese era el nivel.
José María Roca y Pedro Alvarez-Ossorio, codirectores del feSt. |
En todo caso, después de esta gala, espero que empiece la cuenta atrás para que Sevilla cuente de nuevo, con la iniciativa del feSt.
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