sábado, 3 de mayo de 2014

EL FLAUTISTA Y LOS MENSAJEROS (EL THIS IS ROCK DE ESTE MES, VAMOS, CON ALGUNAS COSAS MÁS)




Decir que “el blog ha encallado” sería, parafraseando la frase inglesa, la obviedad del año, pero todo tiene una explicación. Después del éxito del post sobre Mike Oldfield y compañía, pensé en hacer un Peter Gabriel y lanzar un articulo totalmente anti-comercial sobre el estado del mundo de los videojuegos. La clase de post que empiezo pensando “esto no se va a alargar más allá de una página”, hasta que me doy cuenta de que, por la extensión, quizás lo de escribir un libro recopilatório de las cosas del bitácora no parece una idea tan loca como suena al ser sugerida por otros.

Cuando estaba ya a punto de empezar con el apartado de “conclusiones” (por llamarla de alguna forma) del post, un familiar sufrió un aparatoso accidente doméstico. Afortunadamente, sin ninguna consecuencia grave, pero con las suficientes complicaciones como para dejar algunas cosas en un segundo, o en el caso del blog, tercer y lejano lugar.

Ergo, el artículo sobre los videojuegos se ve indefinidamente retrasado – aunque espero que forme parte de la próxima entrada, mientras aún intento cerrar la “trilogía del cine” -, y un servidor, cuando ha podido, se ha dedicado a concluir algunos de esos proyectos que marchan de forma paralela y de los que espero poder hablarles, también, en un futuro no muy lejano.

Y por supuesto, ¡¡¡¡Mis colaboraciones con la This is Rock de este mes!!! ¡Que viene el boss en portada!!!!


Además del ensayo sobre la etapa “Born in the USA” de Springsteen (obra del incólume Fran Garcia), u otro material de interés para el fan medio del Rock clásico – como una entrevista al ex-Eagle Don Felder -, los lectores podrán disfrutar de mi prosa (por decir algo) en la forma de dos conversaciones con artistas que, como en el número anterior, se encuentran en puntos muy distintos de su carrera.

Vamos con Ian Anderson, el hombre que, tal y como lo definió una vez David / Dee Palmer “es” Jethro Tull. Aunque teniendo en cuenta que, desde la gira de “Thick as a Brick II” se empezó a utilizar de una forma más sibilina el nombre del señor que inventó el sembrado pre-industrial (para el que, a estas alturas aún no sepa qué significa Jethro Tull), y Anderson ha sido muy cauto a la hora de recurrir a esa marca ya que su nuevo disco “Homo Erraticus” lo firma como artista en solitario, acompañado por una banda a la que sólo le faltaría Martin Barre – veterano guitarrista -, para ser los Tull de los últimos años.


Esta es una de esas entrevistas que han llevado su tiempo en forjarse, de días y horas cambiadas en unas cuantas ocasiones – de hecho, la primera vez que iba a hablar con el flautista más famoso del Rock, ni siquiera iba a tener un disco nuevo en la calle -, pero al final todo cuajó y, como extra, los JRANDES de “Vicisitud y Sordidez” mandaron preguntas para la entrevista, lástima que sólo se pudiera incluir una, por si tienen especial interés, es la que aparece en el último lugar de la edición impresa.


Pasamos entonces del artista consagrado a los “nuevos”. Las comillas tienen sentido porque los componente del combo británico-colombiano Messenger llevan ya un tiempo en este loco mundo loco de la música con sus historias por separado, pero “Illusory blues” es el primer álbum que firma este inicial trío, y señalo “inicial” - ah, las comillas vuelven a tener sentido - porque desde su estreno sobre las tablas, Messenger son ahora un quinteto con la adición de James Leach y Daniel Knight.


Además de ser – desde mi punto de vista -, una de las bandas revelación de este año, Khaled, Barnaby y Jaime son unos tipos increíblemente cercanos, con un conocimiento del progresivo español (o de todo tipo de música, ya que nos ponemos) que avergonzaría a más de un aficionado. Sí, eso me incluye a mí.

A continuación les dejo los enlaces a ejemplos de los discos que reseño este mes (que incluyen un destacado con "Homo erraticus"), así se pueden hacer una idea, comprarlos, después leer mi crítica y gritar “¡¡¡Pero qué dice Fran!! ¡¡No estoy para nada de acuerdo!!! Si bien el orden de los factores no altera el resultado y pueden gritar sin haber leído mi crítica, por aquello de descargar tensiones.







Y para terminar este corto – apenas dos páginas en el procesador de texto – post de autombombo, explicar que he participado en el ciclo “Por favor, sea historia” en el que se ha ido repasando (desde el punto de vista de las artes, la poesía en especial), en una cita semanal, cada década del siglo XX. Aquí les dejo una muestra de cómo, con mi fiel Korg Triton Le, masacré ése clásico de los 80 que es el “The ghost in you” de los Psychedelic Furs ¿Podría esto servir como adelanto de otra cosa? Ahh, quién sabe...