sábado, 27 de diciembre de 2014

PEQUEÑAS COSAS.... PUES NO VA A SER UNA TRILOGÍA AL FINAL...




Vale. AC/DC están en la portada, vale, los australianos, así como Queen o Led Zeppelin suelen ser un buen reclamo para la revista, pero eso es más un síntoma de cómo funciona el público que de cómo funciona This is Rock. Si no fuera así, no tendríamos una Interviu en España ni en Inglaterra serían famosas las “chicas de la página 3” que ilustran los tabloides. Puñetas, si hasta el sórdido de Rick Wakeman se casó con una.

Pero tal y como me dijo David Sancious en su día “lo mismo pasa en Estados Unidos, tienes que tener una portada con Hendrix cada seis meses”. Escribo esto, además, cuando se ha levantado algo de polvareda por lo rápido que se han vendido las entradas de los varios shows anunciados por AC/DC en nuestro país. Bien, ya hay un artículo – no escrito por mí – que resume perfectamente mi sentir al respecto, un asunto que expandiré en la próxima entrada del blog. (Lo siento, no he podido encontrar el artículo en cuestión, gracias Facebook por tu fabulosa herramienta de búsqueda).

Si bien todo lo anterior es cierto, como lo es que las cuatro entrevistas que llevan mi firma tienen muy poco que ver con el Rock and Roll convencional, pero, demonios, qué esperaban, como ya he explicado en varias ocasiones, el Rock Progresivo arruinó mi vida...o la termino de arreglar.

Cheeto's Magazine



Quizás no sea la forma más propicia de empezar a hablar de una banda, pero los Cheeto me engañaron al principio. Quiero decir, con tan pocas referencias geográficas como las que adornan el libreto de su nuevo CD – sí, los discos compactos siguen existiendo - y con una pronunciación del inglés tan correcta, yo llegué a pensar que Esteban Navarro y Cía podían ser, tranquilamente, estadounidenses con ascendencia latina.

Pero no, son de Cataluña y a la hora de escribir estos párrafos comunican que han encontrado nuevo batería, así que albricias y cuchufletas, porque eso significa que “Boiling fowls” tendrá más opciones de ser interpretado en directo y que cualquiera de nosotros los podrá catar en un futuro cercano.



Además, después de haberlos entrevistado puedo afirmar sin problemas que tienen un sentido del humor tan a prueba de bombas como el que se deja notar en su música, sus letras y en su completísimo diseño gráfico que, ya les digo, no les va a dejar indiferentes. Además con tantas referencias a los videojuegos como las que jalonan su música, lo más probable es que, como yo, sean oyentes de Game Over, y si no lo son... ¡Deberían serlo!

Devin Townsend



Ya hablé en una entrada anterior de cómo, por motivos personales, tenía una relación curiosa con la música del canadiense. Pues, para darle un giro aún más curioso, cuando se produjo la llamada que ha terminado como entrevista en este número, yo estaba en medio de una crisis familiar. No voy a entrar en detalles, pero fue uno de esos días en los que pensé “¡¡¿¿Pero puede pasar algo más hoy??!!!” En todo caso, les puedo comunicar que todo salió bien, la crisis se solucionó y pude hablar ¡Por fin! (la anterior entrevista tuvo que ser por email) con el ex-lider de Strappin' Young Lad.

Devin es un señor muy sincero (a veces demasiado sincero), muy explicito (a veces demasiado explicito), algo que espero se transmita en las páginas que ha llenado nuestra conversación. Y les recomiendo encarecidamente Z², porque entre los dos discos contiene auténticos temazos.

Andy Jackson

Hay entrevistas con gente más o menos conocida que son para cumplir el expediente, eso se nota, pero hay otras que devienen en una charla amigable, en la que, si no fuera porque estás vía Skype, te da la impresión de que podrías estar compartiendo anécdotas con un tipo enrrollado que acaba de dar un buen bolo en un bar.



Eso es más o menos lo que ocurrió con el ingeniero de sonido-productor-y ahora músico en solitario, Andy Jackson. Aunque dicho así el nombre lo mismo no os diga gran cosa, este hombre lleva desde principios de los ochenta dándole a los botones en la mesa de mezclas para un pequeño grupete yeyé llamado Pink Floyd desde que otro técnico/productor insigne llamado James Guthrie lo contratara como ayudante para los conciertos originales de “The Wall” en 1980.

Desde entonces, Jackson ha escalado puestos hasta trnasformarse en uno de los imprescindibles para el universo floydiano, el que no se lo crea, que se lea la que considero una de las mejores - sino la mejor -, biografía sobre el grupo que otrora liderase Syd Barret: “Pigs might fly”.

Además de ser coproductor del nuevo “The endless river” (estoy sopesando que mi reseña de ese álbum implique mi estreno como Youtuber ¡Horror!), Jackson ha sacado disco bajo su propio nombre “Signal to noise”, del cual tienen aquí una pequeña muestra (y más abajo una mezcolanza de los lanzamientos de los que hablo en este número) que, espero, les mole tanto como a mí.

Para mi fue una gozada hacer mis habituales preguntas técnicas que sólo nos importan a cuatro gatos. Ya sé que muchos de ustedes preferirían que le hiciera un suculento cuestionario sobre si Gilmour y Waters alguna vez llegaron a las manos... va a ser que no. Además, a mí me ganó en cuanto me dijo que el primer grupo que realmente le impacto fue Van der Graaf Generator... y entonces es cuando servidor se permitió sacar pecho para contar cómo había entrevistado a Hammill un par de veces.

Ah sí, y también ha trabajado con un grupete maño... Héroes de nosequé....

Umphry's McGee

Un día te llega un CD – sí, insisto en los discos compactos -, de un grupo que te suena vagamente, y antes de darte cuenta ya estás cantando los estribillos de sus canciones en el coche, buscando información sobre ellos, dándote cuenta de que te enganchan y antes de pestañear... ya tienes una entrevista cerrada vía Skype.



Esta fue la última entrevista que hice cuando estuve en un estado fébril hace unos meses, cómo conseguí mantener un discurso con algo de coherencia sigue siendo un misterio. Tal y como le comuniqué a Brendan Bayliss (cantante y guitarrista y que actuó como portavoz del grupo) al terminar la conversación “voy a tenderme y dejarme morir”, a lo cual él respondió “bueno, espero que esta entrevista sea lo último que publiques antes de morir”. Obviamente, lo dijo en tono de cachondeo – además, habíamos estado hablando de Frank Zappa, figúrense -, aún así ¡Qué cabroncete! Por cierto, reseñas a go-go:














En todo caso, la primera llamada de aquel aciago día fue una que podréis encontrar en el número de, ya, Enero de 2015. Una entrevista que os puedo decir fue ÉPICA, y en la que aún me encontraba lo bastante bien – al menos al principio -, como para no quedar demasiado mal.




Ya os contaré.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

¡YA ESTÁ AQUÍ EL FEST!


No falla, hay una convocatoria para prensa, llego diez minutos antes de la hora señalada y todo se empieza a retrasar, con suerte, unos tres cuartos de hora. Llego en punto y... ya ha empezado todo. Éso es justamente lo que ocurrió el pasado 24 de noviembre – sí, yo, como siempre, con la última hora en el blog, pero, ey, para algo está el tuiti – cuando se presentó en la sala La Fundición, en formato desayuno, la programación del Festival de las Artes Escénicas de Sevilla, o feSt.



Teniendo en cuenta la hora de la cita, – las once de la mañana – servidor estaba ya más que desayunado, así que tampoco me importó mucho el quedarme sin sitio (aunque la gente de prensa me lo ofreció muy amablemente al poco de llegar, pero entonces no hubiera podido hacer fotos), aunque estaba ya en el momento de matar por un café.



El acto contó, desde el bloque de organismos oficiales con la presencia de la delegada de cultura del Ayuntamiento, Maria del Mar Sánchez Estrella, Alberto Mula, - Gerente de la Agencia andaluza de Artes Escénicas -, de Victoria Guzman – directora técnica del área de cultura de la Diputación de Sevilla – y de el director de proyectos y actividades del Instituto de la Cultura y de las Artes de Sevilla, José Lucas Chaves.



También estaban presentes los nombres propios de los coordinadores de salas que sirven de marco para este festival; José Maria Roca (director de La Imperdible y Presidente de Escenarios Sevilla), Pedro Alvarez-Ossorio (director de La Fundición), Ricardo Iniesta (Centro TNT), Ángel López y Elias Sevillano (Sala Cero Teatro).



Y sin olvidar a los artistas Asunción Pérez y Sebastián Haro, quienes también quisieron apoyar la presentación.



Llegados a este punto, ustedes ya habrán deducido que el perpetrador de este bitácora se puso aquel día (y este, que lo estoy escribiendo), el sombrero de comunicador cultural. Ustedes ya saben que aquí somos más de conciertos con gente que toca en 13/14 o que canta como un elfo castrado, pero oye, pero eso no quita para hacer más de una visita habitual al teatro cuando se puede.



En este respecto, y sin han mirado mi cuenta en Twitter, habrán podido comprobar que asistí (y salí muy contento) del ciclo de Lecturas Dramatizadas coordinado por la SGAE (a la sazón, también apoyo económico del feSt), así que tengo muchas ganas de ver lo que depara este Festival que se celebra desde el 17 de Diciembre hasta el 21 del mismo mes y se retoma, después del parón navideño, del 8 de Enero de 2015 hasta el 27 del mismo, en el que se celebrará la clausura con la entrega de Premios Escenario de Sevilla, de cuya edición anterior ya informamos en “El coche perfecto”.



Siendo fieles a la realidad, también tengo ganas de ver a cuántas funciones puedo asistir, porque, aunque la oferta es tentadora, como muchos de ustedes, tengo dos limitaciones importantes: tiempo y dinero. Sobre lo primero poco se puede hacer, sobre lo segundo, la buena gente del festival ha ideado el “Menú degustación” - sí, ya habrán comprobado que el motivo gastronómico está bien presente en el diseño gráfico de la presentación, échenle la culpa a MasterChef – esto es, por 30 euros ustedes pueden asistir a cuatro estrenos de la programación. Lamentablemente, esto no incluye los espectáculos infantiles.



Siguiendo con el tema monetario, hay también una serie de precios reducidos para estudiantes y jubilados además de ofertas especiales (ahora sí) para adulto con niño ocupando un sólo asiento, así como promociones en las entradas para la inauguración en el Teatro Lope de Vega.



Poniéndome a soñar – y ésta es la parte en la que me empiezo a separar del formato “nota de prensa” - a mí me hubiera gustado que se ofreciese una especie de Tarifa Plana, que por unos 100 euros diese permiso a ir a todas las obras, por no hablar de que se instaurase un Asiento VIP para poder asistir a los ensayos generales, hacerse fotos con los actores... sí la clase de cosa que odio que se haga para un concierto, pero que en un contexto teatral me parece más plausible. Manías, supongo.



En todo caso, y aunque Alvarez-Ossorio anunció que todos los espectáculos eran de estreno absoluto en la ciudad, y aunque el hecho de que ya llevemos 8 ediciones del Festival (recordemos, coordinado por las salas privadas de la ciudad), ya es de por sí una proeza, uno no se puede olvidar de que Sevilla es una ciudad un poco traicionera con la cultura.



No voy a hacer la clásica afirmación de que aquí el grueso económico, en según qué fechas, se lo lleva la Semana Santa, el Rocío o La Feria de Abril – por mucho que sea cierto -, más que nada para evitar el típico grito de respuesta: “¡Ya está el alternativo tocando los cojones!”



Pero lo que sí es cierto es que la oferta cultural de la capital hispalense a veces puede parecer excesiva para el municipio. Una de las afirmaciones que se realizó durante el desayuno fue que se quería que fuésemos una ciudad “del teatro”. El problema reside en que también queremos, cuando llega el Festival de Cine Europeo, que sea la ciudad del Séptimo Arte, y cuando llega Territorios, que sea la ciudad de la Música. Todo me parece respetable y lógico – por muy en desacuerdo que pueda estar a veces con la programación del Film Fest -, pero no hay mucho bolsillo, ni vida, que aguante todas y cada una de las ofertas culturales. Ahora bien, esto es poco más que una pírrica queja, ya que cuando uno examina la oferta de años (o décadas) anteriores, era para, prácticamente, echarse a llorar.



Aunque esto no sea Broadway – por cierto, no puedo dejar de seguir el culebrón acerca del musical de Sting, que ya saben que en este blog somos mucho del de Newclastle -, seguro que pueden ustedes ir a cualquiera de estas funciones con las Converse y la camiseta de Los Ramones que usted cree que tan molón o joven les hacen parecer. Que este no es un festival encorsetado. Compren entradas y asistan, leñe.


martes, 16 de diciembre de 2014

CAYETANA FITZ-JAMES STUART (1926-2014)


El otro día la duquesa nos dio un susto”, con esas palabras, un fotógrafo, sin él saberlo, me acababa de anunciar un declive en la salud de Doña Cayetana Fitz-James Stuart, el cual, a diferencia de en otras ocasiones, no iba a quedarse en ese mero susto, sino que significó el comienzo de un adiós final a una mujer cuyo nombre está innegablemente ligado a Sevilla. Ya sea porque fijara aquí su residencia durante casi toda la vida, por lo mucho que se involucrara en muchos actos sociales o religiosos, ya fuera porque, simplemente, la ciudad, parece ser, le guardaba mucho cariño.

Escribo estas líneas sin buena parte del sarcasmo habitual. Con la esperanza de que salgan “al mundo” cuando ya hayan terminado los innumerables golpes en el pecho, panegíricos y comunicados oficiales que habrán jalonado los distintos medios, redes sociales así como demostraciones públicas de afecto – o rechazo – hacia la figura de La Duquesa de Alba.

Porque es lógico y normal. Mis amigos de derechas incluso se habrán personado en la capilla ardiente para mostrarle sus respetos, mientras que mis amigos de izquierdas – sí, porque yo no soy tan imbécil como para decir “yo no tendría como amigo a alguien que pensara de tal o cuál manera”, ya que de todo aprende uno -, no han perdido fuelle en llenar sus muros con reflexiones del tipo “¡No os dejéis engañar, no era una mujer del pueblo, formaba parte de la oligarquía que oprime a este país!”



Y probablemente, los razonamientos para llevar a cabo esas manifestaciones sean totalmente acertados. Bien por ellos. Uy, perdón, sí, el sarcasmo...

Después de la muerte de Doña Cayetana, de hecho, otro fotógrafo, al coincidir en una “convocatoria” me comentó que se había empezado a recolectar unos 8 euros para una corona que se enviaría a nombre de la prensa sevillana. Decliné amablemente la invitación a participar, no por tacaño, sino por dos razones: Primero para evitar un acto de hipocresía por mi parte (lo explico más abajo), y segundo, porque tal y como dije en voz alta “ya le rendiré homenaje a mi manera”. Este es.



Pero no quiero llenar estas líneas de ditirambos y parabienes a posteriori. No tendría sentido, por mucho que a más de un periodista o a más de un reportero gráfico se le llene la boca con afirmaciones del tipo “yo es que he estado mucho tiempo a su lado” - ¿Perdón? ¿Eso no tendría más sentido que lo dijera que lo dijesen sus amigos más cercanos y sus familiares? -, a la hora de hablar de La Duquesa, en realidad, yo tan sólo puedo ofrecer una visión de cercana lejanía. Ésa a la que tiene acceso buena parte de los que nos hemos subido una cámara al hombro para grabar a esta mujer en algún momento.

Si en la entrada sobre Sevilla Magazine explicaba mi cariño por El Correo de Andalucía por un hecho tan simple y fortuito como que hice las prácticas en dicho periódico, sentir esa extraña cercanía por Doña Cayetana también tiene que ver con que ella fue la primera persona “conocida” (las comillas son por el eufemismo) la que grabé con una cámara profesional, en este caso una Betacam SP – sí, han leído bien, en esa liga jugamos – durante mi periodo inicial en una agencia de noticias.

Lo recuerdo bastante bien aunque se me escapen no pocos detalles. Fue en Utrera, yo aún no me había sacado el carnet de conducir (si bien me faltaba poco) y tuvo que conducir la redactora hasta la localidad sevillana. Se inauguraba una exposición de objetos antiguos, algo difícil de olvidar, ya que por el hecho de querer posicionarme correctamente para una toma, le dí una patada a una especie de gong arcaico, con el consiguiente ruido delator de que algo se había caído al suelo. Ustedes ya saben, los cámaras siempre andamos así.




No recuerdo lo que se le preguntó a La Duquesa, probablemente alguna tontería sobre su vida privada, o la vida privada de alguno de sus hijos, o de alguna ex-pareja de algunos de sus hijos, o... vamos, nada que fuera a cambiar el mundo. De eso hace ya unos 8 años, sería la primera de muchas ocasiones.

Pero no se crean que soy capaz de responder a la pregunta de “¿Cómo era Cayetana?” Primero porque yo nunca la nombraría sin añadir un “Doña” por delante. No por sus innumerables títulos nobiliarios – los cuales, sumados resultan en más de los que posee Don Juan Carlos de Borbón, como no pocas personas que trabajan en los medios han recalcado en múltiples ocasiones – sino por el mero hecho de ser una mujer, una señora mucho mayor que yo.

En mi caso, tan solo puedo aportar las cosas que he visto, aquellas de las que puedo estar seguro hasta cierto punto, pequeñas historias, pero, insisto, es mi homenaje particular.

Hasta donde yo sé, y como suele ocurrir en estos casos, Doña Cayetana era mucho más cercana o accesible que buena parte de la gente que le rodeaba. Es un clásico: alguien famoso o rico es seguido por personas que quieren salir en una foto a toda costa con el personaje y se extralimita por hacerle la pelota. La Duquesa, como buena presumida – y que conste que no lo digo como algo malo, sino como un mero rasgo de personalidad – se dejaba agasajar por esta gente, pero siempre me dio la impresión de que era muy consciente de quiénes eran las personas que realmente eran sus amigas, entre ellas, figuras públicas y algunos de sus empleados, por no hablar, por supuesto, de su tercer marido, Don Alfonso Diez.



En este punto, me gustaría tener un recuerdo para Manolo, su chófer de muchos años. Un hombre eternamente preocupado porque su jefa – una mujer para la que había trabajado durante casi toda su vida laboral – no pasara malos tragos con la prensa, siempre intentando despistar a los vehículos en los que iban subidos fotógrafos, dispuesto a inducir a error a los redactores - “no hombre, yo he traído el coche para otra cosa, La Señora no ha venido” - o por no aparecer en televisión a toda costa, “a mi me borráis después”, con la desafortunada profecía de “Esta mujer me va a enterrar” (refiriéndose a la férrea salud de Doña Cayetana) siempre en la boca.

Desafortunada porque al final fue cierto, Don Manolo falleció de un infarto a pesar de ser mucho más joven que La Duquesa. Cosas de este loco mundo, cuando lo supe, yo no estaba trabajando “en la calle”, pero me dio mucha pena, no era una lealtad quebrantable la que este señor profería a Doña Cayetana.

A diferencia, me temo, de algunas personas de su entorno, para las cuales la consabida frase de “30 piezas de plata” les vendría incluso grande. Sí, lo que acabo de escribir es una de esas crípticas afirmaciones que sólo yo entiendo. O no.

Pero otra cosa que recuerdo de La Duquesa es que siempre estaba dispuesta a darle la mano o unos besos a cualquier niño que le ofreciera un caramelo – como el hijo de mi primo – o de asistir a una gala benéfica para darle algo de notoriedad extra, aunque eso implicara el mal trago de vérselas con algunas preguntas no muy agradables por parte de los micrófonos de las agencias... y la gente que los sujetaba, claro.

En este sentido, La Duquesa era complicada de interpretar, cualquier que haya visto “Aquí hay tomate”, recordará la poco disimulada alegría que le deba a la mujer cuando veía a Miquel abordarla en algún acto. Sin duda, tenía una capacidad innegable para reírse de sí misma, aunque con toda probabilidad, reportajes como el presentado por Toñi Moreno – lo que Monegal definiría como “un masaje” -, eran mucho más de su gusto. Con todo, me da la impresión de que para Doña Cayetana, la prensa, salvo algunas de sus amistades en los periódicos, era un mal necesario.

Ahora, echando la vista atrás, muchos dicen “La Duquesa fue una mujer que vivió como quiso”, a lo que otros responden “claro, ella se lo podía permitir”. Y ambos tienen razón, pero, insisto, hay personas en una posición similar a la que estaba Doña Cayetana – y me temo que sólo puede ser similar porque no se me ocurre nadie que pueda estar en una posición realmente parecida-, que llevaron y llevan una vida mucho más alambicada, forzando una imagen de absurda respetabilidad.



En sus últimos años, antes de que Don Alfonso entrase en su vida como pareja – y después como esposo -, llevaba una rutina muy sencilla a diario: comer fuera con sus amigas, ir al cine, hacer algunas compras en sus tiendas favoritas (sobre todo de antigüedades) y, cuando se terciaba, acudir a algún evento.

En este sentido, hay una cantidad interesante de pequeños detalles y anécdotas absurdas. Por ejemplo, Doña Cayetana iba mucho al Avenida Cinco Cines, especializado en proyectar películas en versión original subtitulada, y no precisamente de Hollywood. No sé cuántos idiomas hablaba esta mujer, pero desde luego su elección de géneros podía epatar al más pintado. En todo caso, uno de los días que eligió esta sala, se pasó por allí su ex-yerno, Francisco Rivera, justo en uno de esos momentos en los que todo el mundo buscaba declaraciones de La Duquesa. El torero no estaba haciendo otra cosa que sacar su perro a pasear (vivía muy cerca del cine en aquel entonces), y los fotógrafos bromearon con él para que se esperase a que Doña Cayetana saliera y se hicieran una foto los dos juntos. La cara de Francisco de “ehhh, mejor no” era digna de un marco. En aquella época, el hijo de Paquirri ya había hecho un par de gestos públicos que vaticinaban el deterioro de su relación con Eugenia Martínez de Irujo.

Otra historia relacionada con su afición tiene que ver con la época en la que el Multicine de Camas se transformó en su predilecto: vimos desde la puerta de acceso a las salas que llegaba al final del pasillo y torcía a la derecha. Preguntamos a la gente del cine qué salas había en ese lado, más por mera curiosidad que por auténtico interés periodístico. Resulta que podía haberse metido en la 13 o la 14, en una estaba “Death Race” (con lo cual nos metemos en territorio más típico del blog) y en la otra... “Camino”.

Aunque me haga mucha gracia imaginarme a Doña Cayetana viendo una cosa tan salida de madre como “La carrera de la muerte”, la realidad era que se metió a ver el film de Fesser. Nuestra vida como trabajadores de los medios se hubiera vuelto mucho más interesante si le hubiéramos preguntado a La Duquesa qué opinaba de un largometraje que daba una visión tan poco amable del Opus Dei. Pero, probablemente había asunto de importancia mundial mucho más interesantes por los que preguntar, como algún fuego cruzado de declaraciones sobre alguna nimiedad privada.

Pero una pequeña tontería que a mi me sirvió de revelación fue el intercambio de palabras que tuvo La Duquesa con el otrora alcalde de Sevilla, Don Alfredo Sánchez Monteseirín. Estábamos en una entrega de premios – la del Festival de las Naciones, si no me equivoco - y tanto la duquesa como el edil llevaban unas cuantas citas durante la misma semana, lo cual provocó el siguiente intercambio de palabras durante el posado con Don Alfredo para la prensa:

La Duquesa: Hay que ver que nos hemos visto Lunes, Martes y Miércoles.

Alcalde: Bueno, pues nos tendremos que inventar algo para vernos el jueves.

Tras lo cual Doña Cayetana se echó a reír, una buena carcajada completamente sincera. Y ese detalle siempre me ha hecho pensar que esta señora había visto pasar a gobernadores civiles, alcaldes, obispos, presidentes... distintas ideologías, distintos tiempos, distintas zonas de influencia. Pero todos se acababan haciendo una foto con ella, como si fuera una distinción, por eso mismo no pude evitar la tentación de pedirle hacernos una foto juntos hace años durante su asistencia a una de las ediciones del Rastrillo Nuevo Futuro en el hotel Meliá Lebreros.



Y sí, Tom Cruise, también tiene una foto con La Duquesa. Un día hablaremos de la pesadilla que fue para los medios el rodaje de “Knight and day”.



La cuestión es que La Duquesa siempre estaba ahí, no era un bastión de ningún viejo régimen, creo yo, ni tampoco pretendía ser un símbolo de la mujer independiente y moderna. Simplemente vivía, cierto, lo tuvo más fácil que la mayoría de nosotros para ser madre de cinco y casarse en tres ocasiones, pero supongo que la endereza con la que superó algunas desgracias personales sirven como reflejo de aquella vieja verdad que dice que hay cosas que no puede comprar el dinero.

Pero sí, las penas con la barriga llena son menos pena. Ahora bien ¿Qué se supone que tenía que haber hecho? ¿Vender todas sus propiedades y mudarse a un pisito en el extrarradio? Yo no lo acabo de ver...

Ya he mencionado a sus hijos, me gustaría resaltar que la relación que estos han mantenido con la prensa ha sido mucho más complicada que el pulso ambivalente que su madre siempre mantuvo con los focos y los objetivos.

Pero, observado con frialdad ¿Cómo han podido nunca creer que la atención mediática no iba a centrarse en sus vidas en un momento u otro? Además de ser los retoños de una Grande de España, cada uno tuvo su buena ración de bombas informativas, incluso si no eran provocadas por ellos mismos.

Eugenia se casó con, no sólo un torero, sino con el hijo de una mujer que no pocos llamaban “La reina de corazones”, Cayetano mantuvo una relación muy pública con Mar Flores – fugaz pero intensa acaparadora de portadas en el papel cuché -, mientras que Jacobo se casó en segundas nupcias con una ex-presentadora de televisión. Y eso por no hablar de rumorologías, traiciones por parte de supuestos “amigos” en la prensa u otros disparos a ciegas por parte de contertulios o comentaristas.

En este sentido, la actitud de Don Alfonso Diez siempre me ha parecido la correcta: nunca ha dado motivos para pensar que su afecto nacía de cualquier tipo de interés. Aunque en muchas cabezas no cabe que semejante relación, la que mantuvo con Doña Cayetana, tuviese una explicación racional – ustedes no saben nada de Edith Piaf ¿Cierto? -, yo tengo muy claro que, más allá de chascarrillos malintecionados, este hombre sentía (y siente) un cariño por La Duquesa que se puede traducir fácilmente en múltiples términos que resulten más digeribles para nuestras bienpensantes cabezas: “Amor otoñal”, “Ella necesitaba alguien con quien estar, ahora que cada hijo hacía su vida”...

Educado pero sin hacer ninguna declaración que se prestase a ser interpretada de un modo extraño (ya hay demasiada gente con un máster en esas lides), Don Alfonso siempre ha sabido mantenerse como el discreto acompañante que nunca pudo ser. Desde aquí mi más sentido pésame.

Pero antes de acabar esta entrada me gustaría compartir tres imágenes. La primera no la tengo a mano, pero espero que tengan capacidad para imaginársela. Cuando La Duquesa tuvo que pasar en una ocasión por quirófano, todos sus hijos acudieron a la Clínica Sagrado Corazón, LA clínica privada de Sevilla. Y aquello, desde mi humilde punto de vista, fue LA foto de la operación: alrededor de una mesa, los herederos de una inmensa fortuna, tomando café como cualquier familia preocupada porque una intervención salga bien. Sí, vale, como cualquier familia con dinero para costearse una clínica privada.

La segunda corresponde a, precisamente, la entrega de premios solidarios de El Festival de las Naciones, en el Hotel Alfonso XIII. Como me señaló una periodista que había entrevistado a Doña Cayetana en múltiples ocasiones, le gustaba mi foto porque “era muy ella”. Sin duda no es una foto simpática como en la que salimos los dos sonriendo. Empero, a mí, como a mucha gente que alguna vez ha tenido una cámara entre las manos, La Duquesa me ha sonreído, me ha gritado (literalmente, al menos todo lo que podía a su edad), me ha ignorado y ha respondido sin problema algunas preguntas que me ha tocado hacerle. En cierta ocasión – de la que no tengo prueba documental, lamentablemente -, me llegó a decir que a ella no había ni que andarle detrás ni nada por el estilo porque, según sus propias palabras “no soy una persona pública”.





Como ustedes se pueden imaginar, semejante afirmación me dejó un poco perplejo – sí, ya sé que ustedes están pensando en una expresión equivalente a “perplejo” pero no voy a usarla en este post -, ya que, para mis adentros me pregunté “Bueno, si ella no es una persona pública ¿Quién lo va a ser???”

De ahí que quiera terminar con el siguiente vídeo, que es, de hecho, cómo quiero recordarla. Les explico, era la primera vez que veía a Doña Cayetana después de las “vacaciones”, La Duquesa había pasado parte del periodo estival en Madrid, donde, según sus empleados, siempre se aburría un poco porque no tenía las amistades de las que podía disfrutar en Sevilla.

Yo estaba casi al final de un periodo en una agencia y Manolo salió a la puerta para pedirme que no siguiera a su coche, que su jefa tan sólo iba a ir a una tienda de antigüedades para volver al rato, por lo que le gustaría poder visitarla tranquila. Accedí, no recuerdo si a cambio de que me atendiese a la vuelta o si eso fue proposición del propio Manolo. La cuestión es que su Volvo, con los cristales de atrás tintados, salió sin que mi cámara saliese de la mochila. Jugándomela un poco, todo hay que decirlo, en ese momento no había ningún cámara, fotógrafo o periodista cerca, o mejor expresado, no daba la impresión de que hubiese ninguno cerca.

Al rato, volvió el coche, y tal como se puede ver en el vídeo, se para, el cristal empieza a bajarse y Doña Cayetana me sonríe. De hecho, me da las gracias y... me miente. Por escrito se pierde un poco la intención, no es un “me miente” con un tono dolido sino más bien en plan “¡Y va y me miente!” Ya que a mi pregunta-pefecta-para-ganar-un-Pulitzer “¿Se va usted a casar?” Ella me contesta “no”, aunque, en honor a la verdad, redondeó la respuesta con un “no quiero hablar de nada en particular”. Pero sí, planeaba casarse.



Odio los artículos sobre personas que acaban de fallecer que se cierran con un “fue un amasijo de contradicciones, como todos nosotros, en el fondo, una persona”. Pero en esta ocasión en particular me permito parafrasear a un amigo que, como a veces ocurre (si bien, no tan a menudo como me gustaría) dio en el clavo en su estado de Facebook: “Con admiradores y detractores, ha muerto una madre y una abuela”.

Descanse en paz.

jueves, 11 de diciembre de 2014

GIRO DE 180 GRADOS: ESTUVIMOS EN EL SEGUNDO ANIVERSARIO DE SEVILLA MAGAZINE

Ricardo Castillejo, Rosa Lopez y José Antonio Muñoz
No lo dijo de forma directa, pero cualquiera que escuchase el discurso de Antonio Morera y Vallejo durante la velada en la que se entregaron los premios “Favoritos 2014” - otorgados por Sevilla Magazine el 20 de Noviembre, que nadie diga que en este bitácora no vamos a nuestro ritmo -, pudo entender una verdad muy sencilla: que vivir del periodismo estos días es un camino angostado por arenas movedizas.

Antonio Morera Vallejo

Empero, se podría decir que vivir de cualquier profesión es igualmente difícil actualmente. Es verdad, pero también lo es que el sector de las comunicación ha sufrido sobremanera. Como me comentó un conocido hostelero sevillano “yo sé freír un huevo”, como quien dice que eso es lo realmente importante, y por lo tanto, el señor que consigue que se hable en la prensa de lo bien que hace los huevos fritos en su negocio, cuando la crisis empezó a apretar, fue el primero en salir por la puerta.



En fin, en este blog hemos hablado (mucho) de Rock Progresivo, de películas vergonzosas y de Chipre – por coger tres temas al azar -, pero ya hacía mucho que no hablábamos de saraos socioculturales. Ya era hora de volver por esos fueros.

Soledad Giménez y Elisabeth Reyes


Como también explicó Don Antonio durante su parlamento, Sevilla Magazine es una publicación amable. Como el lector medio de este bitácora – si existe tal cosa - ya sabe, aquí tratamos las cosas de un modo que se puede definir con muchos adjetivos, entre los que, con toda probabilidad no se encontraría “amable”, por lo tanto, una revista como esta podría considerarse nuestro enemigo natural.

No tanto, cierto es que tanto los contenidos como buena parte de las personas que han protagonizado las portadas de SM se hallan en las antípodas de los temas que solemos tratar aquí. No obstante, hay que considerar dos cosas: que la revista se entrega con El Correo de Andalucía, cabecera decana en el periodismo sevillano – donde yo hice mis prácticas de fotógrafo, por lo que le guardo un cierto cariño -, y que yo soy de los que se suele quejar, en simples conversaciones diarias, de que debe existir otra forma de tratar la crónica social que no desemboque en los aguaceros fecales que suelen llenar horas y horas de programación televisiva. Dios nos salve.

Por lo tanto, entendemos que Sevilla Magazine cumple una función y la cumple perfectamente. Poco que objetar, entonces.

Victorio y Lucchino acompañados por la representante de Clinicas Vitaluz

Pero tal y como comenté al principio de esta entrada, el motivo principal de la reunión era la entrega de los Premios Favoritos, en los que se premió a distintas – y distinguidas – figuras de la moda y de la música. Con el reciente fallecimiento de Cayetana Fitz-James Stuart, Duquesa de Alba, no fueron pocos los que tuvieron a esta señora en su recuerdo, empezando por el presentador de la gala, Ricardo Castillejo y por los premiados diseñadores Victorio y Lucchino, estos últimos, por cierto, no se bajaron del escenario sin afirmar que, si bien estaban tristes por la pérdida de una mujer tan querida en la capital hispalense, ya tendrían tiempo de compartir los buenos recuerdos con aquellos que los quisieran escuchar.

Victorio y Lucchino

La modela malagueña, Elizabeth Reyes, también subió a las tablas para recoger su premio, con ese pelo ultra recogido que suele llevar en esta clase de eventos – apuesto lo que quieran a que es la clase de comentario que no se esperaban de mí ¿Verdad? - y especialmente después de haber contraído matrimonio este año con el futbolista Sergio Sanchez.

En el apartado musical empezamos, tal y como se hizo durante la entrega de galardones, con la que atesora menos experiencia, la insultantemente joven – juventud a la par con su timidez a la hora de ofrecer unas palabras de agradecimiento – Maria Parrado. La cual recibió el, lógico por otra parte, premio como artista revelación.

Maria Parrado con Alfred Zhilaga, de Body Solution


Soledad Giménez – ex-Presuntos Implicados y artista en solitario de pleno derecho - fue la siguiente en recoger su galardón. Durante su corto discurso hizo hincapié en la pasión con la que se hacen las cosas aquí en el Sur. La pobre tuvo un pequeño problema a la hora de bajar del escenario que estuvo cerca de costarnos la anécdota de la noche, pero como cantante experimentada, supo recuperar el equilibrio a tiempo. 


Aunque me hice una foto con ella (miren mi Tuiti ¡Recámbanos!, no me dio tiempo a contarle lo mucho que disfruté su concierto que los Presuntos en el desaparecido recinto El Palenque – en la sevillana Isla de la Cartuja, donde también pude ver a Revolver en su día -, ni pude comprobar si era cierta una historia, según la cual, ella y su hermano se quedaron sin entrada para un concierto de Peter Gabriel de la gira del “So” (1986) y tuvieron con conformarse con escuchar el show desde la puerta del Palacio de Deportes... aunque de haberme dicho que sí, yo le hubiera podido contestar que tengo una historia parecida, al menos por haber pasado una noche entera en la calle “por culpa” de Peter Gabriel.

La representante de Albayzin Catering con Sole Giménez

Por cierto, otra conexión con el progresivo, Presuntos, en su disco en directo, hicieron dueto con Randy Crawford para su versión de “Fallen” Y...¿Con quién cantó también la magnifica Randy? Correcto, Steve Hackett ¿Les he dicho ya que ADORO a Steve Hackett?




Rosa Lopez, con una imagen que dista mucho de la que lució en aquella primera edición de Operación Triunfo – antes de que el programa sirviese de trampolín para nuestra versión castiza de Simon Cowell, esto es, Risto Mejide -, pero con la efusividad natural de la que siempre ha hecho gala, agradeció al magazine haberla elegido como protagonista de la portada del primer número.



Finalmente, Paloma San Basilio. Si Ricardo tuvo palabras de agradecimiento a todos los que hacen posible Sevilla Magazine, la voz de “Evita” en español no tuvo problemas en mostrar su auténtica devoción por Castillejo al afirmar que le gustaría “tener uno como él en la mesita de noche”. De esta mujer poco se pude decir, vale, aquí somos más de solos de guitarra en 13/14 y de dobles discos conceptuales, pero rara es la ocasión que uno no silba, sin venir a cuento, el celebérrimo “juntos, café para dos” cuando anda por la calle.

Carmen Danta, de Clinica Marest con Paloma San Basilio

La vocalista guarda una relación muy estrecha con Andalucía, por pasar buena parte de su tiempo aquí y porque su familia proviene de la comunidad, así que su colección de recuerdos – de hecho, hace poco presentó su auto biografía – está íntimamente ligada a esta tierra.




Y así transcurrió una noche agradable y llena de pequeñas alegrías ¿Ven? Yo también sé hacer artículos amables. No se acostumbren...