miércoles, 10 de abril de 2013

CHIPRE



Chipre, detalle turístico 




Yo soy de esos pelagatos a los que les gusta señalar que la opinión pública es muy manipulable, todo depende del periódico o contertulio que te explique la noticia.

La crisis económica en Chipre es un buen ejemplo. Esa nación, esa islíta de la que solo sabíamos durante el reparto de puntos en Eurovisión, se encuentra de buenas a primeras (por lo menos para la opinión pública española), con lo bancos cerrados, limitación a la hora de acceder a sus ahorros a través de los cajeros y una “quita” - término apocalíptico a partir de ahora - en las cuentas, aunque posteriormente esta medida se endureció aún más en el líquido que supere los 100.000 euros. Lo que viene siendo un “corralito”,y después en un “doble de corralito para gente con demasiado dinero”.

Estas medidas, auspiciadas por la Unión Europea (o mas bien, el Banco Central Europeo), el Fondo Monetario Internacional, y el propio gobierno chipriota, son las desesperadas acciones que se acometen para salvar a la nación de la caída libre en la que está inmersa su economía. Lo que viene siendo un “rescate”, aunque muchos entendamos que se trata mas bien de un “secuestro”.

Primera reacción de algunos: Chipre no se merece esto, Chipre es la enésima víctima de una gestión económica laxa, Chipre está sufriendo las consecuencias del despilfarro por parte de sus dirigentes, Chipre va a ser hundida en pozo negro del que le va a costar mucho salir, este rescate supone un golpe de gracia a la isla. Pobre Chipre.

Ah, pero esta nación cuenta con un aliado mas temible que la pequeña aldea gala que soportó el asedio de los romanos durante el punto álgido de la expansión del Imperio en viñetas: Rusia. Por lo visto, muchos mandamases, oligarcas y gente cuyo saldo en las cuentas chipriotas son múltiplos de 100.000 euros – difícilmente personas honradas, debemos entender - son oriundos de la antigua Unión Soviética. Los rusos no parecen estar solos en este sentido, la liberal legislación sobre impuestos de Chipre parece haber promovido este éxodo de gente con cartera abultada. Lo cual hace reflexionar sobre el corte de mangas de Gerard Depardieu al gobierno francés, cuando emigra hacia las tierras de Tolstoy, en pos de su propia amnistía fiscal... Si alguien que no va precisamente descalzo, como el protagonista de “Matrimonio de Conveniencia” decide poner su dinero en cuentas rusas, ¿Qué clase de capital manejan los que han repetido la jugada en suelo chipriota?

¡Chúpate esa, Hollande!

Que el gobierno de Putin - básicamente, sigue siendo "el gobierno de Putin" - exprese su apoyo a esta pequeña nación, añadido a que los parlamentarios de la misma se cierren en banda frente a las demandas del FMI y la UE provoca otra oleada de reacciones: Chipre echa mano de sus matones Dimitri o Ivan – o más exactamente, Vladimir -, para defenderse, Chipre chulea a Europa, Chipre oculta dinero negro proveniente de Dios sabe dónde, Chipre juega sucio, Chipre es la aliada de las mafias, Chipre mala, Chipre caca, así se hunda en la mas absoluta miseria.

Si yo fuera un conspiparanóico (que lo soy, yo pienso que los mismos extraterrestres que mataron a Kennedy construyeron las pirámides y han diseñado la actual crisis económica mundial para así poder quedarse con... ¿nuestros cerebros? Si, eso mismo), creería que estos vaivenes en nuestra percepción sobre la crisis chipriota son en realidad, jugadas de los Iluminati, cortinas de humo para ocultarnos un mal mayor sobre el que nos quieren mantener ignorantes, les doy a elegir: puede ser que Corea del Norte realmente la pueda liar parda con sus amenazas bélicas o puede ser que se esté preparando a Bruce Willis y a Steve Buscemi para frenar a un meteorito que se acerca peligrosamente a la tierra y del cual, nadie sabe nada.

Sí, escribo "Iluminati" en Google Images y sale esto...

Frente a estas posibilidades, hay un ejemplo mas triste: el “corralito” chipriota se inició durante un fin de semana – no hay día bueno para estas cosas, pero hay que tener mala baba para bloquear las extracciones la tarde de un viernes -, posterior a la elección de un nuevo pontífice de la Iglesia Cristiana. Cierta publicación impresa que sale a diario, a la cual algunos llaman con desprecio “La Hoja Parroquial”, decidió que era mejor dedicarle la portada del Domingo a unas declaraciones del recién elegido Papa. Había que indagar en el número de la edición hispalense para encontrar una cobertura de la crisis de nuestros vecinos, siendo especialmente chocante hallar una firma del actual presidente del gobierno, Mariano Rajoy (o de la persona de su gabinete de prensa responsable de estos artículos), sobre la eterna aspiración de Madrid a ser ciudad Olímpica, acompañada por un diseño infográfico de un futurible Estadio Olímpico (¿y el de La Peineta en el que yo vi a Paul McCartney? ¿En qué queda?). La reacción lógica ante la firma, por lo menos desde mi punto de vista, sería: “De verdad, Mariano, ahora no es el momento para preocuparse de estas cosas, de verdad que no”.

Si esto fuera el Mondo Brutto, haría un comentario jocoso sobre lo oportuno de unos ripios de Antonio Burgos, o de unas rimas de Barbeito, pero aquí no se trata de hacer suposiciones tontunas sobre unos profesionales que realizan su trabajo de forma eficaz y cuyas opiniones no tiene por qué coincidir con la línea editorial. Es dicha línea editorial la que choca. Que un periódico de tirada nacional y buenas ventas decida dar la espalda de forma tan fulminante a lo que muchos convendrían es la actualidad, hace suponer que el equivalente a un Randolph Hearst de nuestros días es una suerte de chimpancé enviado por los rusos al espacio – para mas INRI – que ha vuelto en un estado de evolución tan avanzado que resulta incomprensible para nosotros, dando sus instrucciones sobre portadas y artículos a publicar entre gritos guturales, vestido con un uniforme de templario.

Estampa aleatoria de políticos españoles bromeando, I

Tonterías aparte, y volviendo a Chipre, el (al menos inicial), apoyo ruso y el bloqueo por parte de la propia clase política isleña a las condiciones del rescate, generó unas advertencias de inminente desastre por parte de los tecnócratas europeos, lo cual probablemente provocó la siguiente pregunta retórica en mas de uno: ¿Realmente se pueden poner peor las cosas?

Bueno, a veces, después de caer a lo mas bajo, se puede escarbar, afortunadamente – por decir algo -, al final se llegó a un acuerdo que implica, ademas de la quita o las habituales reducciones de la plantilla de trabajadores públicos, la transformación de dos de las entidades bancarias más importantes de aquel país en iteraciones buena y mala de los bancos. Para que después yo me queje de que lo único que hace la terminología de marketing es utilizar gerundios en inglés. Como marketing, por ejemplo.

En este sentido, involuntariamente, Chipre se ha transformado en un triste ejemplo de nuestra desastrosa política económica internacional y las reacciones que ha suscitado también ponen en evidencia nuestra egoísta – por lo cambiante – percepción que tenemos de estas medidas. Porque, obviamente, en España, que siempre parece que somos los siguientes en la lista para sufrir una intervención económica de semejante severidad (recordemos que estamos siendo rescatados ma non troppo), nos preguntamos si puede pasar algo parecido.

Cuando el corralito primigenio, el argentino, sucedió, muchos preguntaron si algo así podía suceder en nuestra, cada vez menos, piel de toro. “¡Por supuesto que no, hay un fondo garantizado!”, dijeron, después los rescates con medidas de austeridad asfixiante llegaron a Grecia, pasaron en un modo un tanto más suave a Irlanda y Portugal, con lo que quedaba muy poco para que después nos tocara a nosotros. Aunque aquí parece que estamos aguantando el tirón (a nivel macroeconómico, quiero decir, porque los indices de paro y los desalojos hacen suponer otra cosa), las continuas “equivocaciones” sobre los efectos de la crisis preocupan, y mucho.

Pongámoslo así: si lo que sucede diariamente en algunas partes de África o Camboya o lo que pasaba en la Libia de Gadafi cuando era nuestro colega, hace de nuestra Declaración de Derechos Humanos una broma pesada, una comedia de errores que produce lloros, entonces, lo que ha pasado en Chipre transforma la moneda única, nuestra cacareada Constitución Europea - ¿se acuerdan de la que montamos para impugnarla?- y el Mercado Común en algo tan útil como la información nutritiva del envoltorio de un chicle sin azúcar.

Y ahora viene la parte que yo creo que es un sketch montado por los miembros de Monty Python que siguen vivos.

Seguro que tienen algo que ver

Preocupado por los militares destinados en Chipre – para bien o para mal, se trata de un país con una situación estratégica -, el gobierno británico decidió enviar dinero en compartimentos blindados, dinero británico en metálico y blindado para sus soldados, no fuera a ser que tuviesen sus ahorros en malvadas entidades bancarias chipriotas. Como las ayudas de comida y medicamentos que suele dejar caer la ONU en paracaídas sobre zonas en conflicto, pero con un poco menos de riesgo de ser robadas por las guerrillas, ya que aquí las escoltan hombres y mujeres con armas de fuego.

Bien, aquellos de nosotros que hemos ido a la universidad, que escuchamos al taurino Carlos Herrera por la mañana, a la anti taurina Julia Herrero por la tarde o la SER, o hasta la COPE para contrastar, que llegamos a hablar de nosotros mismos como “progresistas liberales” en una suerte de intentona de conciliar la justicia social y el progreso económico, que leemos dos periódicos (y no, no me refiero al MARCA y al AS), que nos consideramos “inteligentes” hasta cierto punto, solemos adoptar una actitud condescendiente cuando un niño o alguien con solo el Graduado Escolar nos dice “Y si no hay dinero ¿Por qué no imprimen más?”

Con una sonrisa desinflada, articulamos lentamente un “es un POCO más complicado que eso, me temo”, ¡como si lo tuviéramos clarísimo! Y entonces desarrollamos una de esas explicaciones sobre mercados, Euribors, y burbujas inmobiliarias que hemos extraído a partes iguales de Españistan, Simiocracia, algún libro de economía para Dummies escrito por un tecnócrata mediático o un colaborador de Intereconomía. Porque al final, culpamos igualmente a Aznar, que a Zapatero, a Draghi, Rajoy o a Mourinho. Estoy seguro de que Mou tiene algo que ver con todo esto.


El movimiento inglés le da en toda la cara a nuestras sesudas explicaciones inspiradas por “Inside Job” con el calcetín sudado de la obviedad que solo un “Bob Esponja” podría exhibir. Curiosamente, lo que llega a Chipre son unos (cada vez) más denefestrables (sic) euros en lugar de vigorosas libras esterlinas, cosas de esta unión nuestra, supongo.


El problema ya no es ni siquiera explicar cómo hemos llegado hasta aquí, pero conviene hacer un pequeño apunte. Cuando la crisis argentina devino en la limitación para acceder a los ahorros, tanto los niñatos sociatas como los pijos de mierda, tuvieron el descaro de señalar con el dedo a los propios ciudadanos de la nación sudamericana como responsables de la situación, en base a explicaciones tan peregrinas como “eso pasa por tener el dinero guardado debajo del colchón”. Que es lo mismo que “esto pasa por haber vivido tanto tiempo por encima de nuestras posibilidades”. Hay que ser gilipollas.

Con todas nuestras intelectuales teorías de cómo hemos llegado a la lamentable situación actual, creo que podemos extraer que, como siempre, todo se debe a una concatenación de hechos en la cual se mezcla la pobre gestión del dinero público, la pobre gestión de los préstamos hipotecarios por parte de las entidades bancarias, la pobre gestión de las fusiones de dichas entidades y sí, me temo que también hay algo de la pobre gestión de nuestra economía doméstica, pero no todo. Pero creo que la palabra clave es “gestión”.

Pero la gestión de la crisis chipriota es preocupante en otro sentido, por lo general, unas medidas de restricción tan severas suelen producir un “efecto rebote” de ilegalidad que multiplica el consabido “hecha la ley, hecha la trampa” por un factor de decenas de millar. En otras palabras, la gente que tiene Ferraris y más de 100.000 euros en su cuenta corriente – insisto, dos factores que transpiran maldad intrínseca -, ya ha hecho una jugada bastante peregrina al meter sus vastos ingresos en un cuentas de la isla, ¿qué no harán para proteger sus capitales? Es lo mismo que las limitaciones de nuestro gobierno para realizar operaciones en metálico o para declarar cuentas en el extranjero, por no hablar de las amnistía fiscal. De acuerdo, salen muchas sonrojantes maniobras antiguas a flote, pero me resulta difícil creer que no se están maquinando otras tantas por lo que pueda pasar en el futuro.

Ademas, si la fragilidad económica de Chipre se debía, en parte y según algunos analistas, a su economía “de casino”, - es decir, impuestos bajos para que, por ejemplo, los rusos ricos pudieran burlar la hacienda de su país -, entonces ¿Para cuando un rescate de Suiza? Sí, yo también me he reído mucho al escribir esto, no se crean... sobre todo porque Suiza no pertenece a la UE.

Lo mismo podría decirse de las Islas Caimán, pero en el fondo, todos estos son pespuntes, a mi lo que me preocupa no son los grandes capitales de Europa del Este y más allá, ingresados en Chipre, sino su equivalente al señor y la señora García que no pueden sacar del banco el dinero de su alquiler porque tenían que comprar alguna otra cosa y por la absurda quita tienen que hacer esperar a su casero, el cual, lo mas seguro, es que no se encuentre especialmente boyante.

Afortunadamente, y en contraste con el enfadado ascenso de la ultraderecha griega, da la impresión de que la solidaridad entre ciudadanos parece ser la reacción habitual en la isla, pero resulta especialmente descorazonador leer sobre los españoles que emigraron a Chipre a la búsqueda de una mejoría y sueltan frases tan tristes como “huimos de la crisis, pero parece que ésta nos persigue”.

Estampa aleatoria de políticos españoles bromeando, II

Hablando del enfado de los ciudadanos, hace poco, cierto político, (a cuya línea de declaraciones se sumaría Núñez Feijóo) durante una entrevista instaló una curiosa retórica sobre los “escraches” o intimidación pública de los políticos, a veces quedándose en una protesta verbal en las sedes gubernamentales o de las partidos, pero llegando a las amenazas físicas en sus propios domicilios particulares. Lo que este cargo se preguntó en voz alta fue si las siguientes víctimas de dichas intimidaciones iban a ser los jueces o los periodistas. Entre líneas, y si uno se ofuscaba, se podía leer un “a ver si de tanto meteros con nosotros, los siguientes en recibir una turba enfurecida vais a ser vosotros, machos”.

Pues teniendo en cuenta la imputación de la Infanta Cristina en la trama Nóos, me da que lo mismo a los jueces no, o si recordamos que aquí todo hijo de vecino tiene a alguien que ha estudiado Comunicación Audiovisual o Periodismo y sabe de la precariedad laboral en los medios, a los periodistas, va a ser que tampoco. Eso sí, nunca he visto un ejemplo tan fulminante de una figura publica que, intentando echar balones fuera, se dibujara una diana para los articulistas su propia frente. Buen trabajo.

Tal y como conté en el artículo sobre “La Rebelión de Atlas”, lo que me preocupa son los “escraches” o las turbas enfurecidas en si. Reconozco que, cuando veo a algunos políticos gastarse bromitas en el senado o en el congreso de diputados, me entran ganas de plantarles una buena hostia con la mano abierta en toda la boca (“políticos”, en masculino). Pero eso es porque, con la que esta cayendo, a uno le parece que el derecho a reírse en publico - o incluso en privado - debería suprimirse en la clase política hasta que todos los problemas del país o del mundo se hayan solucionado, y esto es, lógicamente, una pretensión poco realista. Y a mi, como a todo el mundo, me entran ganas de darle una buena hostia – de las que ahorran explicaciones o visten de torero – a mucha gente al cabo del día. Pero no lo hago.

El problema con las turbas enfurecidas, lleven antorchas o no, es que suelen estar dirigidas por imbéciles que arengan a las masas mientras preparan algún tipo de excusa política y al poco montan un partido para aspirar a ese mismo sillón que exigen quemar, luego sentarse en él y cometer los mismo errores. Cuando alguien me dice que la mejor solución para la crisis actual es la violencia y el caos social, las ganas de soltar el manotazo se me quedan dentro por unas micras.

¿Cual es el plan? ¿Transformar la profesión política en una actividad de alto riesgo? ¿Nos ha parecido exagerado el respiro del supuesto fin de ETA, cuyas amenazas – estas sí - se cernían sobre jueces y periodistas? ¿Que los mandatarios se lo piensen antes de firmar una ordenanza o votar una enmienda? Me parece que intentar quemar la casa del alcalde de una pequeña localidad, con sus hijos dentro, no es la clase de “protesta social” que vaya a dirimir nuestra hecatombe económica.

Lo que más nos debería preocupar no es cómo Chipre o el mundo ha llegado a esta situación, sino cómo generar riqueza, y en eso, parece que El Vaticano nos lleva una importante ventaja. Como ustedes ya sabrán, la declaración del pontífice que ocupó la portada del ABC aquel domingo fue “Yo quiero una Iglesia pobre para los pobres”. Claro que sí, campeón, le damos un aplauso y dejamos que se vaya. A intentarlo, quiero decir.
¿Por qué demonios no?

Menos mal que nos queda Portugal...¡ouch!

sábado, 6 de abril de 2013

VIDEOJUEGOS: LO ÚNICO QUE PODÍA MATAR AL HYPE ERA...


¡La crisis económica, por supuesto! ¿Estamos tontos o qué? Para cuando termine el 2013, tendremos en el mercado cuatro plataformas nuevas (mas adelante veremos el por qué de las cursivas) cuya medida del éxito no será el número de unidades vendidas con respecto a sus competidores, sino que las compañías que las han lanzado no pierdan dinero con ellas.

El dramatis personae lo componen, por ahora: la Wii U, 3Ds – estas dos de Nintendo-, PSVita y PS4, las dos últimas creadas por Sony. Teniendo en cuenta que tres de estas consolas llevarán más de un año – y casi más de dos - en el mercado internacional cuando se inicie el 2014 (posible fecha del desembarco mundial de PS4), se hace difícil hablar de maquinas “nuevas”. Y eso a la espera de que Microsoft mueva baza.




Esos muchachos con sus locos cacharros...
La paradoja, no obstante, reside en que estamos inversos en una generación – compuesta por Xbox 360, PS3, Wii y DS - que se está alargando anormalmente, de igual forma que la edad media para la jubilación en Europa, poco cachondeo entonces. Por supuesto, no todo tiene una explicación económica 100%, pero casi. La pregunta básica, por ejemplo, sería ¿Por qué la 3Ds y Wii U no han repetido el éxito de sus predecesoras? A fin de cuentas, la portátil es una versión remozada y con pantalla en tres dimensiones de la DS y la de sobremesa es lo que muchos habían pedido, una Wii con su sensor de movimiento, pero gráficos en Alta Definición, ¡Si hasta incorpora un tablet! Pues podría ser, precisamente, que ese es el problema...

Quizás las grandes empresas del entretenimiento han intentado copiar el modelo de Apple, creando actualizaciones de sus productos de más éxito, en lugar de quebrarse la cabeza en innovaciones que quizás el usuario medio no entienda. Si esto es así, entonces Sony y Nintendo están errando el tiro con la comparación, el usuario medio de Apple y de sus dos productos estrella – a nivel gadget al menos -, como son el Iphone y el Ipad, no tiene por qué buscar la reinvención de la rueda al nivel de tarjetas gráficas o gigas de RAM. No, lo suyo es que el interfaz que llevan usando desde hace tiempo se depure y que sus maquinas en sus nuevas versiones hagan mejor lo que ya venían haciendo.




En videojuegos, la cosa no es tan fácil, a las consolas se les suele dar un ciclo de siete años de vida, ciclo que se puede alargar de forma casi anti natural a pesar del relativo éxito de una plataforma – PSP, por ejemplo -, tras los cuales se espera un “cambio de paradigma”, una nueva máquina que implique un salto cualitativo y cuantitativo con respecto a la generación anterior. Pero esto no está pasando.

No quiero decir que los gráficos o la pantalla OLED de PSVita no sean alucinantes, pero para el público en general es difícil ver poco más que una versión de la portátil previa de Sony pero con esteroides o una PS3 con pantallíta. Igualmente, la Wii U parece ser mejor que la Wii “normal”, pero difícilmente coge al público por sorpresa, y aún menos probable parece que se vayan a vaciar los almacenes de la compañía nipona.

Por otro lado, la cuarta aliteración de Playstation aún no pasa de ser un prototipo y lo cierto es que salvo sus mejores técnicas, las mejoras en integración y prestaciones de Move (la respuesta de Sony al sensor de movimiento de la Wii) y la capacidad de jugar utilizando el Cloud Computing – sin tener que descargar los juegos -, no ofrece suficientes alicientes a priori como para barrer el mercado.

Tampoco se trata de pronosticar fracasos, pero las compañías tienen que tener en cuenta el escenario actual en el que se mueven, muy diferente a aquel en el que lanzaron las máquinas que hoy en día les suponen beneficios...

Si no está roto...

Digo todo esto desde el punto de vista de alguien que era un hardcore cuando el término no existía (desde el Amstrad hasta la Super Nintendo), y que ahora mantiene un interés un poco alejado sobre el sector, pero interés a fin de cuentas.

Para mi, que uso la PS3 más como Media Center que como consola, el hecho de pensar en una nueva máquina me resulta más una molestia que una ilusión, esto se puede explicar, por supuesto, porque ya no soy un niño y que ya el viejo deseo de tener el equivalente a una máquina recreativa en casa hace ya tiempo que fue superado, por no añadir que hoy en día hay poca recreativa que uno quiera llevarse a casa. El tema económico pesa mucho, ¿Cuánto querrá Sony que me gaste en su nueva consola? Y para terminar ¿Qué innovaciones realmente interesantes me va a ofrecer?

A fin de cuentas, mi PS3, a diferencia de otros productos Sony, lleva funcionando muy bien mucho tiempo, así que si no está roto... ¿Por qué arreglarlo?

Ah, pero por supuesto, las compañías no aciertan siempre a la primera, durante esta generación, al igual que las anteriores, tanto Sony, como Microsoft y Nintendo han presentado nuevas versiones de sus máquinas, a veces buscando solucionar problemas de luces rojas, otras ampliar la capacidad del disco duro. Y en otros casos, simplemente abaratar su precio de venta, como en el caso de la Wii Mini, a tenor de perder la retro compatibilidad con los juegos de GameCube, - amen de la conexión wifi y otras características - ,una prestación que probablemente solo echarán de menos el 10% de compradores de la consola, como mucho.

PS3 y... PS3


Esto pone en solfa la capacidad de algunas empresas para dispararse en el pie repetidamente, en otras palabras, ¿De verdad se supone beneficioso lanzar una nueva versión de tu consola actual cuando la siguiente generación está a punto de realizar su desembarco? ¿O cuando de hecho, ya está inmerso en él?

Como si esto no fuera suficiente, el público en general está probablemente más interesado en mantener sus empleos y sus casas que en estar expectantes ante las nuevas prestaciones de las maquinas que están por venir. Y eso que por ahora no hay ninguna Jaguar o 3DO que asome la cabeza...

2014 y el fantasma de la PS2

Totémica, quizás demasiado

No hace mucho bromeaba en un artículo para el extinto blog de Game Over – ahora integrado en Eurogamer - que el mayor enemigo de la PS3 no era ni la Xbox ni la Wii, sino la PS2. Era, para variar, una broma seria, el gigantesco éxito de la PS2 y una base establecida de usuarios que se contaba por decenas de millones era un target difícil de convencer para que la gente se rascara el bolsillo en 2006. ¿Resultado? Los lanzamientos con colas kilométricas quedarían reservados para (de nuevo) los productos Apple, mientras que las consolas veían cómo sus fastuosos eventos organizados por gabinetes de comunicación con una confianza excesiva, se desinflaban ante una asistencia decepcionante.



Por lo tanto, la supuesta muerte del hype no es nueva, al menos para Sony y Microsoft, pero ¿Cómo lo hizo Nintendo para dar en la diana? Efectivamente, tanto la pantalla táctil y el sensor de movimiento de la maquina portátil y la de sobremesa, respectivamente, sirvieron como cambios de paradigma lo bastante radicales y atractivos como para atraer a todo ese público que normalmente no jugaría a videojuegos.

Hay, no obstante, un punto en el cual la estrategia de la compañía creadora de Mario empieza a fallar: a la larga, los aficionados serios, los hardcore, encuentran más y más difícil el dar con juegos con propuestas serias a nivel de contenidos, diseño y dificultad. Progresivamente, las ventas de PS3 y Xbox 360 aumentan, si bien su instalación en los hogares no llega a los niveles de Wii, probablemente las horas dedicadas de juego superan por un amplio margen a las de la maquina blanca. O al menos era blanca en un principio.

Se vendió poquísimo

Siguiendo con los cambios de paradigma, el soporte en el que se distribuyen los juegos – lo que viene siendo la unidad óptica de la máquina – también juega un papel importante. Muchas personas se compraron la PS2 en su día porque era un forma efectiva de tener una consola y un reproductor de DVD, el mero hecho de tener que adquirir un mando extra para tener la misma prestación en la Xbox original dañó de forma marginal (pero daño, de todas formas) las ventas de la maquina de Microsoft. Este año Sony anuncia que deja de fabricar la PS2, cuando se jubile su sucesora ¿habrá batido su récord de ventas?




El problema, en la generación actual, vino porque cuando se lanzó la PS3, el salto a la Alta Definición doméstica no resultó tan sencillo, no hubo un foro que consensuara a todos los fabricantes y se produjo el cisma Blu-Ray / HD-DVD, en el que no pocos quisieron ver una repetición del enfrentamiento de los antiguos formatos de vídeo: Betamax (exclusivo de Sony) y VHS (una especificación que cualquier fabricante podía utilizar). El disco del rayo azul, auspiciado por Sony y con el apoyo de otras compañías, ganó la guerra, pero fue una victoria un tanto pírrica, el usuario medio estaba aprendiendo a descargar archivos de video MKV, que, como cualquier formato que no requiere de un soporte físico, gana en inmediatez a los BR.

La anunciada PS4 lleva Blu-Ray, Nintendo avisa que la 3DS será su última máquina en utilizar cartuchos (algo que poco podría importar ya a los usuarios a estas alturas), mientras juega al despiste con la posibilidad de reproducir películas en sus Wiis. Y es más que probable que Microsoft esté diseñando una estrategia dirigida a la Nube, maniobra en la cual Sony ya le lleva ventaja, tras la compra de la plataforma Gaikai y el anuncio de su compatibilidad con PS4 y Vita.

Aquí es donde se nota más el corte entre el público de la rama dura y el casual. Al señor y a la señora Perez, rara vez le han importando los gigatrones de RAMS o los protoherzios del procesador . Lo que ellos quieren es comprarle una máquina que le “haga el avío” a su/s retoño/s, que puedan pagar en cómodas mensualidades, sin que les provoque una sangría espectacular en sus pagas, que bastante tienen con la hipoteca, el super y el seguro del coche.

Para el aficionado que supera los veinte años o está inmerso en su treintena, soltero o que comparte piso, sin gastos acuciantes, tener todas las plataformas le supone el sueldo de un mes (si tiene trabajo, digo), cuando no trabaja le puede dedicar horas al juego, on y off line, a trollear en los foros, Facebooks o Twitters y a ver vídeos de Michael Pachter en Gametrailers, eso cuando no se parte la caja con el Angry Video Game Nerd.

El problema es que parece que las compañías no parecen estar llegando a esos usuarios tampoco, los cuales parecen, en buena parte, estar también reflexionando :“si no está roto ¿para qué arreglarlo?”. Aunque sea cierto que las consolas actuales están llegando a su techo técnico, no es menos verdad que con el éxito de propuestas de juego masivo online (siendo World of Warcraft un buen ejemplo, aunque su estela se esté desinflando), se demuestra que esa preocupación es marginal, incluso entre el público hardcore. Y los que realmente se preocupan de este aspecto, es más que probable que dirijan su atención a la plataforma definitiva, el PC. La mayor parte de los usuarios de Windows no se preocupan de actualizar sus maquinas a menos que dejen de servirles para navegar o reproducir archivos multimedia, lo cual inmoviliza la evolución técnica del parqué pero también produce una mayor tranquilidad en las carteras de las usuarios. Además, la vieja máxima de un contertulio de, precisamente, Gametrailers, según la cual, “los juegos de móviles no compiten contra las consolas, sino contra el aburrimiento”, se demuestra cada vez menos cierta. Ahí están las ventas de “Angry Birds” para atestiguarlo.

El mercado tradicional de comprar juego en la tienda, reproducirlo en casa utilizando el televisor y la consola, está cambiando, de hecho lleva mucho tiempo cambiando. El futuro, según los pronósticos, son las descargas y la Nube, eso supondrá otro cambio de paradigma, no muy bien bienvenido por los comercios tradicionales, pero hasta cierto punto, difícil de frenar. Hasta que esas soluciones lleguen a un estándar, - App Store y Android Market parecen haber acertado en su planteamiento - seguirá habiendo una brecha entre el jugador casual y el aficionado más serio, lo cual seguirá resultando en una fragmentación de las ventas y una distribución desigual del mercado.

Dicho así, puede sonar un poco apocalíptico, pero se parece más a un “rito de paso”, a un “cruce del Rubicón” que le ha tocado a esta industria, que, obediente a sus ciclos autoimpuestos, intenta llenar el mercado de nuevas plataformas por las que no muchos parecen dispuestos a pagar, salvo importantes reducciones en su precio, algo que no parece afectar a las ventas de software de las plataformas en general. Pero la crisis (y la piratería) tampoco benefician las revoluciones en este aspecto, a títulos más ambiciosos, mayor despliegue técnico e inversión necesaria. El primer semestre de 2014 será clave para las nuevas máquinas y probablemente la economía en general, así de largo os lo fío. Qué pena.


martes, 2 de abril de 2013

EL COCHE EN SEMANA SANTA






Después de una semana en la cual se ha concentrado toda la actividad laboral que no he tenido en meses anteriores – como suele pasar -, yo sabía que esta Semana Santa no iba a ir a ninguna parte y que me iba a dedicar al noble arte de tumbarme a la bartola, ver películas y pasar tiempo con mi hermana, que iba a estar de visita. De hecho, no quería ni pensar en el blog ni meterme en otro largo artículo musical de 30 páginas (según la cuenta realizada por el procesador de textos).

Pero... ¿a quién quiero engañar? Ya estoy otra vez escribiendo una perorata sobre un grupo prácticamente desconocido (UK, en este caso) y tengo varios artículos mas cortos preparados para el bitácora, pero lo que motiva éste en particular, aparte del deseo de retomar el tema “automovilístico” que se supone que tiene esta página, es por supuesto, uno de los trances del conductor medio: Dónde me meto mi vehículo de cuatro ruedas motorizadas en vacaciones.

Y para complicar la ecuación, qué tal si introducimos una segunda incógnita con la guisa de fiestas tradicionales. Porque salvo que se vaya usted al extranjero (en cuyo caso estará celebrando La Pascua a secas, sin Pasión ni nada), o directamente a la playa – si el tiempo lo permite -, lo más probable es que tenga usted que vérselas con cascos antiguos y centros de ciudad con zonas aun más restringidas para el aparcamiento, o en casos como el de Sevilla, con barrios residenciales en cuya calzada no puede estacionar el coche durante un día concreto, por unas horas concretas, debido al paso de una procesión.


Un caso en particular motiva este artículo, el miércoles Santo sale La Sed, paso emblemático del hispalense barrio de Nervión. Su recorrido se inicia en la propia calle Cristo de la Sed – otrora Padre Coloma -, lo cual implica que no se puede aparcar en la misma durante las horas en las que se proyecta, pasarán los nazarenos y las imágenes. Yo recomiendo, no obstante, retirar el vehiculo desde la noche anterior hasta la mañana del día después de que la procesión haya hecho su recorrido.


El caso que nos ocupa es especialmente sangrante, como ustedes ya sabrán, el clima ha sido, one more time, especialmente cruel con la Semana Santa, lo cual ha sido tomado por aquellos que odian estas fiestas como prueba de que, lo mismo, a Dios no le hacen gracia estas celebraciones y que las lluvias se envían como castigo, como en el caso del Becerro de Oro. Servidor siempre ha sido más de Vellocino, pero en fin...

Ergo, algunas personas aparcaron sus coches el miércoles en la calle que recibe el mismo nombre que el Cristo cuya procesión pasa por ella. ¿Despiste? ¿No vieron los carteles que avisaban de la prohibición? ¿Acaso alguien los arrancó para putear? (Va a ser que no, como se puede ver en una de las fotos) ¿Excesiva confianza en el pronostico de las lluvias?

Si fue este último caso, lo que sigue es especialmente triste: la mañana del miércoles santo amaneció con mas nubes que claros, pero los nazarenos acudieron a la parroquia de la Inmaculada Concepción / Cristo de la Sed, así como los costaleros y la banda. Los satélites anunciaban chubascos cortos, y no se equivocaron, tres cuartos de hora antes de la salida de la procesión, los paraguas se desplegaron ante un incesante e incómodo chispeo. Pero, oh Fortuna, para entonces, la Policía Local, con la asistencia de las grúas, ya había mandado un par de coches al depósito municipal. La Sed, al final, no salió, pero para entonces puede que al menos dos conductores se encontraran con una desagradable sorpresa al volver del lugar en el que estuviesen.

Conviene aclarar una cosa: a pesar de la fama de “cuerpo recaudatorio” que tiene la Policía Local, lo cierto es que hicieron todo lo posible para evitar el disgusto a los propietarios de los vehículos: llamando a los porteros electrónicos y a los portales cercanos intentando averiguar de quién eran los coches para avisar de lo conveniente de su retirada.

Si usted quiere buscar una definición de la coloquial frase “quedarse to loco”, serviría como muy gráfica prueba la cara de ese conductor que intenta coger su coche y encontrarse con que, no solo no está, sino que encima, hay otro vehículo en su plaza. Porque, por supuesto, una vez retirado el público y los miembros de la hermandad – la mayor parte del dramatis personae ingresó en los bares cercanos -, la ya de por si estrecha calzada de Cristo de la Sed se vio con sus plazas de aparcamiento repletas.

El coche, esa sangría económica continua, tiene en los periodos vacacionales a un enemigo mortal: en Navidades, utilizarlo para llevar los regalos - se compren a última hora o no - se traduce en pasar muchos minutos en la cola de un parking (gratuito, se entiende) de un centro comercial o en dar muchas vueltas por el casco antiguo en la desesperada búsqueda de un hueco en el que quepa nuestro medio de transporte favorito. Eso, obviamente, si el acceso a dicho Casco Antiguo no deja de estar operativo durante las fiestas, como en el caso de Sevilla.

Por supuesto, eso no sucede en verano, periodo durante el cual nadie quiere acercarse al centro, y, puestos a decir, tampoco quiere andar muy cerca de la capital hispalense, no vaya a ser que se derrita andando por la calle. Empero, por la crisis o por lo que sea, Agosto de 2012 fue un mes con bastante presencia ciudadana por las calles. Eso sí, en Agosto el drama se trasladaría a las primeras líneas de playa para aquellos que tuvieran la posibilidad de acudir a ellas: Chipiona, Coníl, El Puerto de Santa María, Sanlúcar de Barrameda, Mazagón, Cabo de Gata, Algeciras, Marbella, Motril ... busque usted un sitio que no implique una graciosa procesión de un cuarto de hora andando con la sombrilla y demás accesorios playeros.


Ah... el extraño placer de ir con tu pareja y con los niños (si se tienen), a la caza de un aparcamiento, con ese aire acondicionado que ese estropea, esas discusiones por no haber venido antes, por tener un coche demasiado grande, por tener que andar largos minutos bajo el sol para ir a la playa, que si para esto hubiéramos venido en bus o andando desde el hotel... Y lo mejor no es ser uno de los miembros de la pareja / familia, sino el incómodo invitado de la misma, observando por qué, tal y como anuncian los relajados titulares de Agosto, se gestan tantos divorcios durante el periodo estival.

Dicho esto, puede dar la impresión de que abogo por no usar el coche en absoluto durante las vacaciones, y esto no es así. El problema, para variar, no son las cuatro ruedas, sino el efecto tromba que se produce cada vez que al español medio le dan un par de días libres, porque yo les podría decir que todo esto se arreglaría si nos construyeran un complejo de parkings con cinco plantas de altura y otros tantos niveles de sótanos, de los que prácticamente colindan con el Infierno. Cuando aquellos de ustedes que son promotores inmobiliarios con algo de dinero en la cuenta (y contactos en algún ayuntamiento) dejen de babear ante la idea, escuchen bien lo que digo, no servirá de nada, construyan lo que quieran, en cualquier emplazamiento, incluso en la propia arena de la playa, todas esas plazas acabarán siendo ocupadas y aún así, seguirá sin poderse aparcar por las calles.


Si creen que estoy siendo víctima de las típicas hipérboles a las que solemos tender los blogueros (soy andaluz, así que de todas formas lo llevo en el ADN), deberían haber visto la cola de coches que llevaban desde la entrada del Parking subterráneo de El Corte Inglés de la Plaza del Duque hasta la Avenida de Torneo. Aunque ustedes no sean de Sevilla, observen cualquier plano de la ciudad en Internet y tracen una línea que lleve desde la Plaza del Duque, rodee la Plaza de la Gavidia, siga por la estrecha Baños y termine en Torneo, no me refiero a que “prácticamente” llegara a esa avenida, sino que había una larga procesión de turismos varados en una de las pocas arterias libres de acceso al Casco Antiguo.

Esta es otra demostración práctica de que el problema no es en sí ni la Semana Santa ni el coche, sino el pensar en masa y el no reparar en los detalles. Cuidado, que yo mismo fui víctima de este defecto, solo fui a ver una procesión ex profeso e, inocente de mi, empecé a andar hacia el centro “solo” un par de horas antes de su salida. Aunque el peatón es el niño bonito de la Semana Santa (a fin de cuentas, es una fiesta basada en andar, ya sea con un cirio en la mano, una cruz a cuestas, debajo de una imagen o incluso a quedarse de pie con una cerveza en la mano), también se las ve y se las desea ante las calles cortadas por los asientos privados para ver las procesiones.

En este sentido, a cualquier pronóstico de llegada, basado en lo que se suele tardar un día cualquiera, se le enseña convenientemente la puerta de “muerte”, porque el “zusto” se lo lleva el que ve que llega un punto en que las concentraciones humanas impiden el avance a varios metros de la puerta de la parroquia / Iglesia / Catedral en cuestión. Y que sean metros ya es una suerte.

Obviamente, el otro error de cálculo por mi parte fue no contar con la mezcla de población oriunda y turística que se había quedado sin Semana Santa hispalense propiamente dicha durante varias jornadas, por lo que se iba a tirar a la calle sí o sí en cuanto pararan las lluvias ¿Conclusión? Pues que más me habría valido llevarme un bocata que cenar con la familia. O comprarme un montadito (el otro mimado de estas fiestas en Sevilla), en algún bar cercano.

Así que ahí tienen mi recomendación final: ser mas listos. No les digo ni que inviertan en cómodas sillas para ver pasos, ni turismo alternativo, ni quedarse en casa, sino, simplemente, calcular mejor los desplazamientos, no empecinarse en ir a todas partes en coche, sopesar aquello en lo que NADIE ha pensado (no, coger el metro no va incluido en esa categoría) y actuar en consecuencia. A menos, por supuesto, que usted crea que el reto de buscar una plaza de aparcamiento y después quedarse empapado en un soportal con su pareja mientras ven como la lluvia les frena al paso, es uno de los encantos de salir en estas fiestas con el clima revuelto. Encima, para hacer esas cosas que hacen las parejas en los soportales lluviosos... ¡Demonios! ¡Sí!

PD: Aunque si eligen quedarse en casa, lo mismo es más cómodo...