viernes, 17 de febrero de 2012

CULTURA BARATA: MINI MONOGRÁFICO FLEETWOOD MAC – SAY YOU WILL

Precio; 7.99 euros

Lugar: Media Markt Santa Justa (Sevilla)

Formato: 1 CD

Esta es la pinta que tiene, sin la absenta, claro


¡ATENCIÓN SEÑORAS Y SEÑORES! ¡PALABRAS MAYORES EN EL BLOG! Ah no, que esto son solo palabras mayúsculas...¡VOCABLOS DE ALTA SIGNIFICACIÓN EN EL BITÁCORA! Eso ya está mejor... bueno bueno, qué puedo decir... ¡Fleetwood Mac! Si usted ha caído en este blog porque es habitual de las revistas del motor el nombre no le dirá mucho. Qué digo, si es usted español lo mas probable es que no le diga nada en absoluto, y si le pongo alguna de sus canciones mas famosas – porque se trata de un grupo musical – su reacción como mucho será: “¡Ah, esto suena mucho en KissFm!”

Y la verdad es que sí, los Mac en su vertiente mas pop suenan mucho en las emisoras de oldies, ya sea la del beso en frecuencia modulada, en M80, en EuropaFM – cuando no están con los programas de canis que se ponen los cuernos – y similares radionostalgias. Pero, ¿son simplemente unos Mocedades del Rock anglo-americano? ¡No, por supuesto que no! Los Fleetwood son mucho mas, son el grupo para el que se diseñaron los reportajes tipo “Behind the music” de VH1 – que de forma tan fulminante parodiaron los Simpsons en el capitulo “detrás de las risas” -, porque tienen todos los ingredientes – bueno, salvo suicidios y asesinatos – que un buen grupo debe tener: ¡sexo, drogas, blues! Y por si fuera poco ¡sexo, drogas y pop facilón! “¡Tu eres una zorra!””¡Y tu un puto borracho!; ¡voy a desintoxicarme! ; ¡pues yo me voy del grupo!” Ah si, señoras y señores, yo les doy a uno de los pocos grupos que ha sido sustituido en su totalidad por verbigracia de su manager en una maniobra que Maquiavelo aplaudiría mientras devora una hamburguesa de roedor sazonada con la peste negra. Por decir algo, señoras y señores, os doy a los FLEETWOOD MAC

EN EL PRINCIPIO, ERA UNA BANDA DE BLUES

Para empezar, avisarles de que para una historia pormenorizada, con fechas, datos, y todos los álbumes como Dios manda, vayan sin mas dilación a la Wikipedia o consulten cualquiera de las biografías – en inglés, claro está – que se han publicado sobre y por miembros del combo. O visiten Youtube y vean algunos de los documentales que se han realizado sobre su alocada historia, yo recomiendo sobre todo el de la BBC irlandesa (no, no es una contradicción), llamado “Don't Stop”, muy bueno a nivel técnico y narrativo, además es corto. Aquí, tendrán una visión un poco mas sesgada, mas divertida y absurda – si es que eso es posible - de los vericuetos de esta banda, paso previo a comentar su última obra en estudio, cuya adquisición es el germen de esta entrada.

Los que casi siempre han estado allí


Bien, ahora imagínense a John Mayall, un señor del blues británico. Con su pelo canoso largo en plan patriarca gitano, su perilla y su camisa de tirantes. Con una taza de té, mientras suena Willie Dixon por los altavoces, van y le preguntan; “Señor Mayall, ¿Qué se siente al ser una cantera de tantos artistas y grupos de renombre que se han labrado una carrera después de dejar su grupo?” Y la respuesta sería probablemente: “No sé, ¿Como te sentaría que te diera una patada en los piños y después te pegara los molares que te han saltado con adhesivo industrial?”

Porque es cierto, el pobre John no sale bien ni en la “auto” - palabra siempre peligrosa cuando hablamos de músicos – biografía de Eric Clapton, que recuerda reírse junta al resto de la banda de los anticuados gustos musicales de Mayall mientras servía en sus Bluesbreakers. Cierto es que, hasta cierto punto, podría sentirse orgulloso de haber sido uno de los primeros en contar con los servicios de nombres que mas tarde se volverían gigantescos: Peter Green, Jack Bruce, Mick Fleetwood, el menospreciado John McVie o el propio Manolenta. El problema es que buena parte de esas deserciones lo dejaba compuesto y sin grupo cuando menos se lo esperaba.

Obviamente, de los músicos que formaron alguna vez parte de su camada, surgieron dos supergrupos: Cream y la banda que nos ocupa.

Peter Green... shoud I stay or should I go?


De hecho, la culpa del nacimiento de los propios Mac la tiene Mayall himself. Como recompensa por lo bien que iban los negocios, decidió, en 1967, regalarle un poco de tiempo de grabación en el estudio a su guitarrista estrella de aquel momento, Peter Green. Éste tenía las mismas cualidades que Clapton – su predecesor en las filas de los Rompebluses - para aspirar a un puesto importante en el blues blanco inglés, al igual que EC, sabía cantar y tocar la guitarra conjurando la esencia de los maestros mientras que no perdía su toque personal. A diferencia de Keith Richards o Jeff Beck, sus cuerdas vocales estaban en franca competencia con sus habilidad al traste, y por si fuera poco, era capaz de componer material propio convincente, algo a lo que el futuro guitarrista de Blind Faith no aspiraba precisamente en los inicios de su carrera.

Con sus colegas de los Bluesbreakers, el batería Mick Fleetwood y el bajista John McVie, Green grabó unas maquetas que le convencieron de la química que se producía entre los tres, tanto es así que el instrumental “Fleetwood Mac” (tomando el apellido del batera y la primera parte del apellido de el bajo) le sirvió para dar nombre el nuevo grupo que acababa de imaginarse.

Si bien no es el nombre mas absurdo que se ha puesto un grupo nunca - a ver quién supera “Eco y los hombres conejo”-, la verdad es que la intención de Pedro Verde era esconder cualquier gesto de protagonismo, así en plan Allan Holdsworth, mientras que al mismo tiempo intentaba que McVie se animara a abandonar la seguridad de Mayall, ya que ante su negativa, la primera configuración de los FM se quedó en Green, Fleetwood, Jeremy Spencer dándole al slide y el bajista Bob Brunning. Al poco de ver al nuevo grupo actuar en festivales, McVie decidió que ese era el rollo que quería llevar, dejando a Mayall con la responsabilidad de reorganizarse con su mecanismo, como Carlos Santana pero al revés.

Hay otra versión que dice que el líder de los Bluesbreakers estaba cansado de las continuas borracheras del bajista y lo echó de forma fulminante tras verle una enésima vez con mas alcohol que sangre en las venas. Cierto es que McVie podría haber formado un dúo con John Enwistle - de los Who – que se llamara “Bajistas en apariencia discretos pero que ya les vale”, porque detrás de esa pinta de bohemios concentrados en lo suyo, los dos se cogían unas cogorzas del quince que si bien rara vez paralizaban las actividades de sus grupos, podrían haber tumbado a un par de mamuts. De los manipulados genéticamente para ser mas duros y resistentes.

Estoy muy mal de lo mio


En fin, en estos primeros años las cosas andan bastante bien, el grupo está cohesionado, Green compone auténticos clásicos como “Black Magic Woman” - si, un éxito para Santana años después –, la preciosa “Albatross” o la emotiva y algo profética “Man of the world”. En este tiempo empieza a colaborar con sus teclados Christine Perfect, cantante de otro combo bluesero, “Chicken Sack”.

Con Peter Green al frente se inaugura esta primera etapa del grupo, pero también una tendencia que marcará su trayectoria; la de tener un guitarra solista con fuertes desequilibrios mentales, tal y como diría el sucesor y actual cerebro del grupo Lindsey Buckingham, “eran todos una panda de lunáticos ¿no?” No deja de ser gracioso que el propio Buckhngham – quien nunca ha sido precisamente un ejemplo de estabilidad – diga esto, pero tampoco le falta razón.

Al igual que Syd Barret, un mal tripi de LSD -valga la redundancia- deja a Green hecho unos zorros y deseando donar sus regalías – si amigos, existe un equivalente en castellano para “royalties” - a los pobres. El grupo frena esa intención, pero está claro que PG no está en sus cabales y que no va a tardar en pedir la cuenta en el bar de la fama. Toma ya metáfora.

Haciendo un chiste fácil, Peter Green se va a comportar como un perro verde (o un “Dark Horse” que dirían los británicos) durante los próximos años, viviendo como un mendigo pero de vez en cuando saliendo de sus escondites para participar en los discos de amigos. Clapton llegó a acogerlo en su casa y fue testigo de lo desarmante de su estado durante los ochenta; no se lavaba y se había dejado las uñas larguísimas aparentemente a posta, para así no poder tocar la guitarra correctamente, y eso que Eric de vez en cuando le pillaba rasgueando a escondidas, actividad que abandonaba en cuanto se sabía descubierto.

No se preocupen que la historia tiene un final mínimamente feliz, tras años de terapia, Green volvió con su Splinter Group, siendo nuevamente un músico rehabilitado y un ser humano hasta cierto punto estable. Por cierto,colaboró en el disco de otro PG....

A estas alturas el grupo ya estaba bajo contrato con la asociada de Warner, Reprise – fundada por Frank Sinatra – aunque les habían llegado a tirar los tejos hasta Apple – la de los Beatles, no la de Steve Jobs -, aunque no se sabe si por el interés comercial o por puro nepotismo, ya que Mick Fleetwood estaba casado con Jenny Boyd, hermana de Patty, a la sazón mujercita de George Harrison y posteriormente de ¿quién si no? Eric Clapton. Como ustedes ya sabrán, esta mujer fue la protagonista de “Something” y de “Layla” - un clásico compuesto por cada marido -, quizás Jenny pensó que casándose con un batería, su privacidad iba a mantenerse un poco mas alejada del ojo público. Pobrecita.

MAS GUITARRISTAS QUE BATERÍAS TUVO SPINAL TAP

Estilísticamente, el grupo empieza a introducirse en un terreno mas propio del rock de los setenta que del blues, Christine Perfect se transforma en la señora de McVie tras dejar “La choza de los pollos” y una dubitativa carrera en solitario, sumando sus teclados y su voz un tanto grave -que junto a su físico al principio descuidado le daba el aspecto de ser “uno de los muchachos” - al sonido de la banda de forma permanente. Para entonces ya se les había unido Danny Kirwan, quien ahora compone buena parte del material.




Empiezan a pasar cosas raras; Spencer sale a por tabaco y no vuelve jamás, el problema no es ninguna depresión raruna ni un asesinato ritual, sino que se ha unido al culto “Children of God” (no confundir con “Lamb of God”), lo que fuerza al grupo pedir a Green su vuelta aunque solo para los bolos que les faltan por completar. Peter se permite salir de su retiro brevemente, pero los Mac tienen que buscar a otro que castigue las seis cuerdas.

El nuevo a bordo es Bob Welch, con el que el grupo intenta mantener una cierta estabilidad, que se va al garete cuando Kirwan estampa su Gibson Les Paul – no un cachivache barato, vaya – contra la pared, durante un concierto, con un alto grado de alcohol en la sangre. Entran Bob Weston a la guitarra y Dave Walker a las voces, el segundo no dura mas de un disco y una gira, despedido fulminantemente por un “no me gusta tu forma de cantar”.

El (ahora) quinteto saca otro vinilo “Mystery to me”, y durante su gira de promoción a Weston no se le ocurre nada mejor que enrollarse con la mujer de Fleetwood, quien con una cornamenta y un cabreo monumental – curioso porque tampoco es que este fuera santo – cancela los conciertos y pide la marcha de Bob.

Ahora viene lo mejor y sobre lo que avisé en el prólogo: ante tanto cambio de formaciones y cachondeo generalizado, el manager Clifford Davies decide poner unos nuevos Fleetwood Mac en marcha con otros músicos contratados por él mismo, aduciendo que posee los derechos del nombre. Ante un atónito Mick y un borracho (pero también sorprendido) McVie, la banda original utiliza toda argucia legal para dejar claro que por sus cojones no puede salir de gira un grupo que se llama con sus apellidos y medio. Por supuesto, Davis les señala la “letra pequeña” del contrato, en la que ceden todos los derechos. El grupo busca el apoyo de Warner, se muda a California y consigue ganar el combate, pero a estas alturas a Welch ya se le han hinchado bastante las pelotas.

Solo por el lado izquierdo de la portada, yo lo habría comprado

En Septiembre del 74 el grupo saca y gira “Heroes are hard to find”, pero como no puede ser de otra manera, Bob abandona el grupo tras los directos, cansando de tantas trampas y zancadillas del choubiz. Fleetwood no se amedrenta, en su búsqueda por un nuevo guitarrista se encuentra con el productor e ingeniero Keith Olsen, quien se lo lleva a los estudios Sound City. Para impresionarlo con sus dotes de productor, Olsen le pone un tema del disco “Buckingham Nicks”, un par de cantautores californianos, pareja residente en California y despedidos por Polydor tras el franco fracaso de su debut. El propio Lindsey se encuentra allí grabando unas maquetas y al ver a ese tipo alto y delgado sacudiendo su cabeza durante la reproducción de su solo de guitarra, Olsen decide presentarlos, Fleetwood se emociona y dice que le quiere en la banda, a lo que el guitarrista dice que vale, siempre y cuando le dejen incluir a su novia, Stevie Nicks.

La pareja se había conocido en el instituto, de hecho la propia Nicks recuerda que la primera vez que Lindsey le habló fue para criticarle los puntos flacos del grupo en el que ella cantaba, un síntoma de lo que vendría después. Buckingham abandona su carrera como nadador profesional – por lo que su entrenador sentenció “¡siempre serás un perdedor!” - y con su chica intenta mantener a flote alguna entidad musical. Tras el poco éxito de su primer – y desde entonces único – disco como dúo, Nicks sigue currando como camarera / empleada del hogar, mientras que su novio sigue moldeando y depurando sus técnica en su piso de una sola habitación.

Tras un encuentro colectivo, los cinco congenian tanto que se deciden a refundar Fleetwood Mac, ¿será todo un camino de rosas y el fin de tantas vicisitudes chungas? ¡Claro que no!

Los nuevos FM firman un vinilo sin nombre (algunos lo llaman “White Album”,aunque tenga poco que ver con el de The Beatles), en 1975 y cambian su sonido, nada de rock ramplón o blues, sino puro pop perfecto para ser radiado, en la línea de lo que se ha llamado soft-rock y cuyos otros representantes serían los vilipendiados-adorados Eagles o los Wings de Ponmascarni.

Cada miembro aporta algo diferente; si bien a Christine nunca le interesó una carrera en solitario ni estar al frente de la banda, su voz domina sus propios temas, casi siempre sentidas miradas sobre las relaciones, con un dulce toque al piano firma cosas como “Over my Head”. Nicks, que ejemplifica el espíritu etéreo hippy/new age de la costa Oeste, compone de forma rudimentaria – aunque de su cabeza saldrán un buen montón de hits – que después retoca con fundamento el resto de la banda y en especial su novio. “Cuando estaba feliz conmigo”, apostilla Stevie.

El único lío que creemos nunca llegó a producirse

Aparte de sus dotes como guitarrista – al igual que Mark Knopfler, no le hace falta una púa para hacer mucho ruido, ya que su ténica de fingerpicking es única -, Lindsey también canta y compone, si bien su estilo es mas rockero y agresivo que los que ocuparon su plaza anteriormente o incluso del que se gastan sus compañeros. Su obsesión por el perfeccionamiento provoca unas rencillas iniciales con el bajista, suponemos que porque tanto ensayo mantiene mas cerca sus dedos de los trastes que del asa de una buena pinta. Da igual, “Rhiannon”, una extraña fábula sobre una hechicera, se transforma en un éxito, ya pueden estar todos felices y contentos. O no.

SON RUMORE, SON RUMORE

Puede que a Buckingham no le guste que le llamen El Venao, pero lo cierto es el que el grupo va a entrar en una fase aún mas extraña – si cabe - de su carrera, con infidelidades y rencillas por doquier. Para empezar el matrimonio McVie se rompe, una vez que Christine se cansa de que su marido se comporte como un cabrón alcoholizado y ella se enrolla con el jefe de luces de sus conciertos. A Fleetwood tampoco le van bien las cosas ya que se ha aficionado peligrosamente a la cocaína y a pesar de que en su día echó a Weston por tocarle la cara a su señora (es un decir), se encuentra en un estado casi catatónico que le mueve a prácticamente darle la bendición a su mujer cuando lo abandona, con niños y todo, por uno de sus mejores amigos. “Y en ese momento parecía lo correcto, eso es simplemente retorcido ¿verdad?”, diría años después, ahh, ventajas de la desintoxicación. O desventajas.

¿Y qué pasa con los Buckingham-Nicks? Pues el binomio californiano naniano pasa de una bronca a otra sin pasar por la casilla de la reconciliación, con Lindsey cada vez mas obsesivo y siniestro con ella, y – siempre según él – con Stevie cada vez mas suelta. Tal y como cuentan en el documental “Don't Stop”, si Nicks componía una canción de despedida como “Dreams” en la que cantaba “las mujeres vendrán y se irán / cuando la lluvia te limpie lo sabrás”, así en plan conciliador, Buckingham le respondía que “todo lo que quieres hacer es sacudirte / puedes seguir tu propio camino / lo puedes llamar otro día solitario”. O sea, como Pimpinela como cuando cantaban aquello de “y pega la vuelta” pero con ritmo rockero y aún mas mala leche, a lo cual ayuda que los que lo cantan no sean hermanos en la vida real.

Estas canciones pertenecen, of course, al disco mas famoso del grupo, “Rumours”, un monumento al pop y la ornamentación escasa de canciones, una cosa comercial y hasta cierto punto facilona, pero ya sea por su historia, por las propias composiciones o por su sonido de varios quilates, acabará vendiendo cerca de 40 millones de copias. “Rumores” es, al igual que el “Bat out of Hell” de Meat Loaf, uno de esos discos cuyo éxito resulta un poco extraño a los que nacimos en la época de los videoclips, que lo mismo no engancha a la primera escucha pero después no pasas mas de un día sin tararear sus canciones. Tanto es así que cuando a finales de los noventa los discos “tributo” aparecieron como hongos, a la hora de homenajear a los FM, no cogieron distintas canciones de su repertorio sino que adaptaron “Rumours” al completo. Tanto el “Dreams” de los Corrs como el “Go your own way” de los Cramberries se transformaron en buenos singles para las respectivas bandas, aunque no tan buenos como para los propios Mac.



El título del álbum lo puso McVie al escuchar todas las canciones, aduciendo que aquello sonaba “como un montón de rumores”. No le faltaba razón, porque una de las composiciones de su ya ex-esposa era “You make loving fun”, dedicada al anteriormente nombrado director de iluminación, a quién no se le permitía la entrada en el estudio, no fuera a ser que acabara con un mástil de bajo obstruyendo algún orificio de su anatomía. Mucho mas emotiva fue la triste balada al piano “Songbird” que ha cerrado mas de un concierto del grupo.

Y usted se podría preguntar; “Ante tanto mal rollo y rencor ¿por qué no se separaron?” Y la respuesta es complicada a la par que sencilla: drogas y dinero. Y fama y ambición. Ah, y mucha mala leche.

Después de tantas luchas y sinsabores, los Mac “primigenios” no estaban dispuestos a matar la gallina de los huevos de oro por unas cornamentas y unos insultos a deshora, lo mismo podría decirse de los “chicos nuevos” quienes ya llevaban demasiado tiempo recorriendo la geografía estadounidense en furgonetas cutres y preferían las limusinas con aire acondicionado. Aparte todos estaban bastante enganchados a la farlopa, que es muy cara aún cuando la cortan con polvos de ladrillo.

El éxito, como en cualquier fábula de la música pop, trajo tantos dramas como el fracaso pero encima con el plus de que el grupo tenía que verse la cara todos los días. El sector masculino decidió alquilarse un piso para ellos solos e igual hicieron las mujeres por su cuenta. Imaginemos: tres músicos solteros con dinero y droga, el propio batería lo explicó años después “Dios te salve de lo que ocurrió allí”. Por otro lado, las mujeres de la banda parecieron ser un poco mas modositas, si bien no se salvaron de que John apareciera de repente como una cuba, gritando y suplicándole a Christine que volviera. Las cosas no pasaron a mayores, no hubo ni maltratos ni muertes por sobredosis, pero la situación estaba lejos, muy lejos, de ser idílica.

En directo, el grupo ofrecía además una estampa curiosa: Christine tras sus teclados, discreta y eficiente, los de la sección rítmica pegaditos en la parte de atrás, mientras que Stevie empezaba su derroche de telas, sombreros, giros sobre si misma y demás parafernalia de ninfa pop. A su lado, Lindsey atacaba sus canciones mas agresivas en plan grito primario mientras que sus dedos lo mismo sacaban una composición folk como recorrían fácilmente los trastes para tocar “Oh Well” de la etapa con Peter Green, todo eso mientras sacudía su pelo a lo afro.

Rumours” apareció en 1977, cuando se suponía que el Punk iba a tomar el control mundial, aunque al final la cosa se quedó en un petit comité de críticos, discográficas y el éxito aislado de los Pistols y los Clash, la radio FM estaba mas que contenta con el rock suave y de fácil escucha como el de los Fleetwood. Éste era la clase de disco que muchos dirían odiar de cara a la galería, como a Elton John y otros ídolos del llamado easy listening, por no hablar de la ojeriza que todo el mundo pareció cogerle por las buenas al rock progresivo. Seamos sinceros, esto es como el cine, usted puede decir que “Persona” es un peliculón, pero ¿de verdad que no te gusta “En busca del arca perdida”? ¡VengayahombreporDios! Y aunque usted reniegue de su etapa como megafan de “Take that”, seguro que es capaz de tararear el estribillo de “Back for good” con mas gracia que lo nuevo de los Drums, ¡anda que no! Ademas, ¿se imaginan un festival con un cartel que combinase a los Mac, los Eagles y Dire Straits? Perdón, tengo que cambiarme de calzoncillos. Por supuesto, uno disfrutaría mucho mas con Oasis, Stone Roses, La Buena Vida y Delorean, pero....

Aunque Mick Fleetwood operaba como una especie de patriarca del grupo – el tema “Oh Daddy” está dedicado a él -, Lindsey se empezó a perfilar como la figura dominante en el estudio, sus ideas incluso a nivel de producción parecían funcionar, lo cual también provocó algunos roces con el equipo de producción. En cualquier caso, la obra resultante es genial, ha aguantado muy bien el paso del tiempo y expresa a la perfección cada uno de los aspectos de los miembros individuales así como la fuerza del conjunto.

Por un lado, el menospreciado toque melódico de McVie al bajo, la versátil batería de Mick, así como la capacidad compositiva de los tres cantantes, y cuando todo eso se une en uno de esos temas con parte lenta y parte rápida que tanto me gustan como es “The Chain”, pues ya se les puede hacer el culito Pepsi-Cola. Incluso un tema tan aparentemente sencillo como “Never going back again” es una joya, ¡qué digo! Hasta una cara B de uno de los singles, la doliente “Silver Springs” vale su peso en oro.

Y como no puede ser de otra manera, después de un éxito tan rutilante, todo estuvo cerca de venirse abajo.

EL COLMILLO Y EL ESPEJISMO

Como a Pink Floyd después de “Darkside of the Moon”, o como a Kurt Cobain después de “Nevermind”, al guitarrista de los Mac le entró una depresión de nuevo rico que le hizo replantearse su futuro como compositor y su papel en el espectro musical de la época. Si, hay que ser gilipollas, pero igual que un futbolista que se lee el Marca el lunes tempranito, Buckingham escuchaba la aprobación de la crítica hacía la New Wave y aledaños, deseoso de que su grupo se encontrase con las mismas alabanzas. Así que ni corto ni perezoso se erige en amo y dueño de la situación- amenazando con irse de lo contrario - y decide que el nuevo disco del grupo no va a ser una secuela del anterior, que el dinero no lo es todo en la vida – salvo el que se va a gastar en grabar su nueva putaobramaestra – y que el grupo va a ser capaz de conjugar experimentación y éxito de una sola tacada. Por supuesto, les adelanto que se va a caer con todo el equipo.

Con su característica guitarra, del luthier Rick Turner, por lo visto tras un par de horas con ella dijo
"ya puedes dejar las Stratos, la Les Paul y la Ovation en casa, esto es todo lo que necesito"

Porque no iban a tener Yes o Lou Reed el monopolio de hacer un disco experimental y prácticamente intragáble para el aficionado medio (aunque tengo que decir que a mi el Tales me encanta), después de vender millonadas. No, Lindsey tampoco es Roger Waters y no ofrece cuatro caras que combinen ansias de rockero revenido con traumas infantiles sazonadas con rabia adolescente. Lo suyo es aún mas chungo porque pasa de un registro a otro sin avisar.

Tusk” es el nombre del doble vinilo, el tema que le da nombre es otra muestra de la mala hostia que se gasta Buckingham, con un riff matador y una letra que parece apuntar con un puntero láser a su ex “Por qué no le preguntas si se va a quedar / por qué no me dices lo que está pasando / por qué no me dices quién está al teléfono / no me digas que me quieres”, todo esto ademas apoyado por las trompetas de una banda municipal grabada en un estadio vacío. Muy lejos del Garageband, dirán ustedes.

Nicks ofrece una pequeña joya en la que también da rienda suelta a sus aspiraciones como musa del misticismo accesible, “Sara”, una composición dedicada a una de sus mejores amigas. Para entonces, la situación había tomado tintes casi auto paródicos, Nicks y Fleetwood empezaron a tener una relación en secreto, la cual terminaron también sin decírselo a nadie, pero Sara se enamoró del batería, lo cual no supondría problema alguno si no fuera porque la susodicha tenía marido. Un divorcio después, Mick tenía nueva compañera de piso.

Como era de esperar, “Tusk” no tuvo el éxito de su predecesor y se quedo en unos estupendos – para cualquier otro grupo – cuatro millones de copias. Para compensar, los Fleetwood Mac se embarcaron en una macrogira en la que tocaron para todo el mundo, excepto...¿lo adivinan? ¡Si! ¡España! No sé por qué, pero al igual que Rush o Styx, los FM nunca han calado mucho en territorio ibérico, y que conste que no me pongo con la típica queja de “ay que ver qué incultos somos” y tal, simplemente nunca han llamado lo suficiente la atención.

Nicks siguió desarrollando su gusto por las prendas vaporosas en escena y Buckingham dejó el look hippie para darse un cambiazo como el de Mike Oldfield en “Incantations” y se presentó con el pelo cortito y de sport – después de una repentina alergia al pelo largo mientras se duchaba-. Tras 18 meses de gira, el grupo estaba roto y cansado. Además, la experiencia de grabar “Tusk” había dejado a todo el mundo exhausto, ya que la forma de funcionar de Buckingham era probar un montón de opciones por su cuenta para después llamar a los miembros del grupo por separado para tratar con ellos la grabación de sus partes.

A decir verdad, el doble vinilo tampoco es una sucesión de gritos guturales (aunque algo de eso hay) ni improvisaciones a lo King Crimson. Siguen siendo el grupo de pop del disco anterior, lo que pasa es que la crítica no entendió la obsesión de Buckingham por matar la gallina de los huevos de oro y el público se preguntaba donde estaría el nuevo “Go your own way”...

ME LO MONTO POR MI CUENTA

Tan roto y cansado estaba el grupo que tanto Stevie como Lindsey decidieron empezar sus respectivas carreras en solitario. Aunque el guitarrista probablemente se percibiera a si mismo como el genio en la sombra, su ex pareja le ganó por goleada con las ventas de su debut “Bella Donna”, por lo visto Nicks se sintió ofendida cuando Buckingham no recogió una copia firmada expresamente para él.

Analicemos esta actitud por un segundo: soy tu ex novia y te aguanto en el estudio, en las pruebas de sonido y durante las entrevistas en las que, por cierto, contamos nuestras intimidades como el que cuenta lo que ha almorzado. Encima que te despojo de tu orgullo como artista, vendiendo muchos mas discos que tu a pesar de saber menos de teoría musical, ¿tienes la desfachatez de dejar mi disco firmado sin recoger? ¿Quién te crees que eres?



Probablemente LB tampoco las tenía que tener todas consigo, por si fuera poco, Nicks siguió con su tendencia a enrollarse con quien pasara mas tiempo en el estudio – es lo que tiene, el roce hace el cariño -, siendo esta vez su objetivo el productor Jimmy Iovine, quien, a pesar de sus pintas y dicción de yonko reinsertado ha dejado su impronta en los discos mas destacados de Tom Petty, Springsteen o Patti Smith.

A pesar de tanto mal rollo, los Mac se reúnen de nuevo para grabar “Mirage”, en el que parece que Lindsey pilla la idea de que es mejor dejarse de tantos experimentos y que lo suyo es hacer pop de facturación cara con buenas melodías que suene limpio por la radio del coche. Por supuesto, a estas alturas Nicks estaba tomando un papel cada vez mas protagonista, en el vídeo de “Gypsy” es muy complicado ver al resto del grupo, aunque a decir verdad, también es muy complicado ver la adicción a la cocaína de la cantante, a la que le faltaba muy poquito para ingresar en la clínica Betty Ford.

La gira de “Mirage” es mas corta y Lindsey decide apostar por el look “la cabaña del tío Tom” para su presencia sobre el escenario (¿¿¿??), pero las tensiones internas son tan grandes que al terminar su periplo, parece que todos van a seguir caminos separados, esta vez para siempre. Ja.

La viva imagen del buenrollismo y salud rockera


UN TANGO EN LA NOCHE

No será la primera vez que el grupo decida separarse con idea de no volver jamas, ni tampoco la primera vez que se junte de nuevo para ayudar a Lindsey en un nuevo disco en solitario. En los años que pasan hasta el lanzamiento de “Tango in the night” (1987), casi todo el mundo pasa por un trauma u otro. Fleetwood se declara en bancarrota (conviene recordar que durante un tiempo ejerció como manager del grupo, ¡miedito!), McVie sufre un ataque tras conseguir superar ampliamente el nivel de alcohol y drogaina permitido en el cuerpo de un Troll de las cavernas, Nicks intenta superar su adicción a la farlopa pero acaba por sustituirla por las pastillas para dormir. Christine parece haber encontrado la felicidad con su nueva pareja – con la que compondrá algunos de los futuros temas de FM – y Buckingham se encierra en el estudio, perfeccionando su obsesivo perfeccionismo perfeccionista mientras vuelve loca a cualquier mujer que se le acerca.

Quizás por eso pide a los Fleetwood Mac que le ayuden a grabar su nueva obra, aunque algunas declaraciones del propio guitarrista hacen dudar de si realmente la idea no era desde el principio grabar un disco con el grupo y lo otro era una bonita excusa para la nota de prensa. En cualquier caso, Nicks no participa muy activamente en la grabación ya que la pobre se pasa la mayor parte del tiempo grogui.

Tango” es otra demostración de la maestría a la hora de hacer música de fácil acceso pero con algún significado, es este el disco con los singles mas radiables para la generación nacida en los 80 y esta vez si hay vídeos que las acompañen. Ahí estan “Little lies”, “Everywhere”, “Big Love” o “Seven Wonders”. No se engañen, no es un disco como los de Blue Nile, capaces de aunar sentimiento y experimentación, “Tango in the night” es la clase de cancionero que todo buen indie odia, junto los discos de Van Halen con Sammy Hagar o cualquier otra muestra del stadium-rock. Para empezar el sonido es ochentero a mas no poder, teclados y reverb exagerada, en lo que se refiere a la batería, si bien el grupo no usa el consabido kit electrónico de Simmons tan omnipresente durante los discos de la década, manipula – al igual que Dylan durante la época – el sonido de la batería tradicional tanto que casi parece una colección de samples. Solo faltaria una caja de ritmos Roland o de Linn.

Se pueden decir muchas cosas malas, pero “Tango” es sobre todo un monumento al sonido de la Frecuencia Modulada - a fin de cuentas, las siglas del grupo son FM ¿no? - y sus canciones, si se despojan de los valores de producción- o incluso con ellos ¡qué coño! -, son autenticas obras maestras del pop.



¿Y ahora? “Tango” rivaliza con “Rumours” en ventas, transformándose en un auténtico talismán para el grupo en los ochenta, así que según la lógica del desalmado negocio musical, lo suyo es hacer otra megagiramonuental y vender todas las entradas en diversos pabellones alrededor del mundo para así poder tirarse a la bartola una buena temporada. Pero...ay, Lindsey decide que no quiere ir de gira porque “si las cosas ya se desmadran en el estudio, el desmadre se ve multiplicado por mil en la carretera”. No, yo tampoco sé si la coca seguía rulando por el estudio como en los setenta o a qué se refiere exactamente este hombre, pero ahí lo dejó.

Probablemente a Christine – coautora de dos de los singles de más éxito – este nuevo giro de los acontecimientos le debía de dar un poco igual ya que iba a recibir sus royalties – regalias- por las ventas del disco igualmente, pero para la sección rítmica y para la otra cantante del grupo, salir a la carretera era bastante vital para sus cuentas corrientes. Aunque Nicks juega la baza de que uno no puede simplemente dejar fuera de juego a los promotores – toma ya razonamiento idiota -, ante la cerrazón de Lindsey, Stevie no se le ocurre nada mejor que intentar agredir físicamente a su ex.

Nuevamente, detengámonos en este hecho, Nicks, una hippie ya entrada en años intenta estrangular a LB, un tipo que aún hoy mantiene un físico de nadador de esos que avisan de “que te puedo partir la cara si me vuelvo loco”. Vaya usted a saber como se desarrolló la pelea, lo cierto es que el guitarrista logró zafarse de Stevie a las puertas de la casa en la que habían mantenido la reunión, jurando no volver nunca más. De nuevo.

Al igual que su antiguo manager, el grupo no se corta para sustituir a Lindsey y embarcarse en una enriquecedora gira para la que cuentan con dos músicos con un CV mas que respetable pero que tienen la pinta de haber sido rechazados en un hipotético casting para ser los nuevos Modern Talking. Con su habitual sorna, Buckingham afirma sentirse muy complacido con que, para sustituirle hagan falta dos guitarristas.

Mientras Fleetwood Mac agotan el papel en buena parte de sus conciertos, LB se dedica a hacer lo que muchos músicos que acaban de dejar su grupo superventas; perder pasta por un tubo organizando una gira con músicos de alto octanaje. Aunque me imagino que a mas de un miembro de su banda lo hizo llorar durante los ensayos o que probablemente llamó “recluta patoso” a otro, la verdad es que la música que hace Buckingham durante esa época representa un poco lo peor de los desmanes de los finales de los ochenta, con esa repentina obsesión por incorporar elementos caribeños y latinos. Ouch.

DETRAS DE LA MÁSCARA....¡ESTABA BILL CLINTON!!!

Los Mac no acaban de entender que el éxito de la gira se basa en un disco cuyo arquitecto principal ha sido Buckingham, y que si la gente ha ido a verlos es porque todavía mantienen las otras dos voces mas conocidas de la banda. Así que ignorando este hecho, lanzan en 1990 “Behind the mask”, que es un poco como su particular “A momentary lapse of reason”, es decir, una obra en la que parece que quieren imitar su propio sonido al tiempo que buscan una nueva identidad. Como se suele decir, lo peor no es que sea bueno o increíblemente malo, sino que no produce ninguna emoción en particular en el público.



Después de este sinsabor, Nicks abandona el grupo mientras su carrera en solitario mengua a ritmos alarmantes, Fleetwood parece clavar la puntilla con un libro en el que desgrana muchos aspectos de la historia del grupo – incluyendo su affaire con Nicks – y que se gana una interesante respuesta en una de las canciones en solitario de Buckingham.

¡Pero el fin aún no ha llegado! Hay quien puede pensar, en retrospectiva, que Bill Clinton fue un presidente de los USA un tanto funesto, que aparte de seducir a una becaria – o dejarse seducir por ella, elijan la mentira que mas le convenga – o grabar un vídeo auto paródico como despedida que le hace a uno plantearse qué clase de persona tiene el dedo sobre los misiles, otro de sus grandes crímenes contra la humanidad fue promocionar la enésima reunión de los FM.

Otro de los temas mas conocidos de “Rumours” fue “Don't Stop” un himno optimista que según Mick, era la forma de Christine de decirle a su ex-marido “te quiero, pero no estoy enamorada de ti, aunque te deseo lo mejor”. Visto lo visto, que Clinton lo usara como lema para su campaña tendría que haberle olido a chamusquina a Hillary...

En fin, en la ceremonia de investidura, los Mac se reúnen para tocar la canción y aparentar que se quieren, que todo está perdonado. Pero no hay consenso suficiente para grabar un disco nuevo; Perfect, McVie y Fleetwood consiguen, no obstante, firmar otro disco como Fleetwood Mac con algo de ayuda extra. Para muchos, el CD resultante llamado “Time” (1994) se hundió en lo que debía hundirse: la mas absoluta miseria del olvido.

BAILAR PEGADOS ES BAILAR

No es esto tampoco algo que le quite mucho el sueño al guitarrista, mas que nunca está dispuesto a seguir su carrera en solitario. Rob Cavallo, amigo de Buckingham, bajista y ejecutivo en Warner le avisa de que sus nuevas canciones están muy bien pero... que con su nombre lo mismo no se venden tan bien como...¿lo adivinan?

En una demostración del eterno retorno que haría a Nietzsche hacer palmas con los cataplines, los Mac se juntan, con los músicos adicionales que ya llevaban tiempo usando para las giras – percusionista, coros y teclados extra – en un plató de la Warner Bros, y montan “The Dance”, un concierto planificado para su posterior edición en CD, DVD, VHS, Laserdisc, Cinta de 8 pistas, descarga digital, VideoCD... ¿son capaces de adivinar en que se editó de verdad? Lo mejor no es solo que una auténtica banda de tambores y cornetas – al estilo americano, quiero decir – apoya la versión de “Tusk” y “Don't Stop”, sino ver entre el público a una entregada Courtney Love, cuando era razonablemente guapa y aún no se había vuelto tan loca como una combinación de Judy Garland, Liza Minelli, Elizabeth Taylor y Madonna.



En el repertorio elegido no hay ni rastro de la etapa blues, incluso un éxito como “Little lies” es obviada en favor de un tema en solitario de Lindsey - “Go insane” -, aunque estrenan una canción que acabará en el aún lejano “Say you will” que comentaremos dentro de un par de párrafos – parecía que nunca iba a llegar ¿eh?-. Con portada de David LaChapalle, el refinado disco en directo les da otra excusa para lanzarse a la carretera, será la última gira de Christine.

También será la última vez que pise tierras estadounidenses durante un tiempo, se vuelve a Inglaterra y decide que el único Mac que va a tener cerca es el que usa para componer música - ¡¡¡¿¿¿pero como puedo ser tan ocurrente DÍOS MIO???!!! - así que la papeleta de componer el nuevo disco se la deja al cuarteto restante, CD que no saldrá hasta 2003.

DI QUE SÍ, AUNQUE EL DESTINO MANDE

Vaya una cosa por delante, todo este post EPICO se debe a que no me pude bajar el disco en su momento. Lo digo así, sin anestesia y sin tener que disculparme, a mi me gustaría que la gente pagase millonadas por escuchar mi música en vez de dar el coñazo a mis amistades por Facebook para llegar a unas miseras ciento y pico de escuchas. Cierto es que, lo mismo si le dedicara mas tiempo a la composición y usase menos teclados e instrumentos de software, entonces puede que me contratara una gran discográfica, aunque tiendo a pensar que también hay amplias posibilidades de que acabase viviendo debajo de un puente.

Todo esto para decir que, aunque lo poco que escuchaba de “Say you will” me parecía muy bueno, no había forma de encontrar el disco por menos de 20 euros, con la típica historia de que como se vende poco en España, pues hay que maximizar beneficios. No recuerdo ni siquiera que en Amazon estuviese mucho mas barato, sobre todo una vez sumados los gastos de envío.



En fin, no habrá sido por intentarlo, ya sea por P2P, Torrent o Megaupload (cuando funcionaba), sólo conseguía algunos temas sueltos, scans del libreto o mp3s corruptos, que ya me dirán la gracia que tiene eso. Cuando finalmente lo vi olvidado en un estante de un Media Markt a un precio reducido (y aún así mas caro que buena parte de la serie media), no me lo podía creer.

Porque a uno le gusta tanto la música de Fleetwood Mac como su historia, tengo que decirlo. A mi el rock/pop clásico me gusta como al que mas, pero servidor suele tirar para Genesis o King Crimson. Y me parece de puta madre. Aún cuando me obliguen a comprar el mismo disco varias veces porque la nueva edición tiene dos vídeos inéditos... ¿Contradictorio? Nah, solo un poquíto.

El insulto final, antes de meterme en la crítica del disco en si, es ver una pegatina en la portada que avisa de la existencia de “una edición en DVD Audio con sonido sorround”. ¡Si hombre! ¡Como si no hubiera sido bastante con encontrar el CD stéreo, ahora me voy a preocupar de la edición con 5.1 para escuchar los gritos primarios de Buckingham dándome en la nuca! ¡Acabáramos!

Bueno, “Say you will” es un disco de lo que muchos llaman AOR, o Rock para adultos, o rock viejuno. Pertenece a una forma de hacer discos que ya solo pueden ejercer unos cuantos ídolos veteranos como Phil Collins, Peter Gabriel, Rod Stewart o Sting, y que conste que no intento ponerlos en el mismo saco estilístico. No, la obra de los FM es poco probable que le guste a ese chaval que gusta de unos Green Day (aunque compartan productor con los Mac), ya que contiene un sonido refinado, con sus toques de locura perfectamente escritos – por Lindsey, claro – pero que mantiene las raíces en lo comercial.

Eso se logra con músicos experimentados, una pre-producción, una grabación, y una mezcla realizada por caros ingenieros de fama internacional, teniendo en cuenta que probablemente se trate del disco mas “casero” de la banda, tal y como se ve en el documental “Destiny Rules”, del cual también hablaremos en breve. Bueno, y también hay una molona sesión fotográfica de por medio.

Teniendo en cuenta que los Mac se reducen compositivamente a dos personas, las líneas de separación entre Buckingham y Nicks son mas evidentes que nunca. El primero es el que arranca con “What the world is coming to”, con una letra un tanto filosófica sin perder nunca el pie de un buen estribillo y unas percusiones potentes. Ya en el segundo tema, a LB se le empieza a ir la olla de mala manera con “Murrow turning over in his grave”, una especie de homenaje a un periodista americano famoso por su honestidad y su posible reacción ante el sensacionalismo actual. No es que el tema sea malo, sino que es el típico ejemplo de las ínfulas de artista innovador que le entran a este hombre de cuando en cuando. Los riffs de guitarra, no obstante, valen su peso en oro y consigue transmitir esa sensación de agobio que supongo quiere dar. Atención al alucinado solo de guitarra del final.

Nicks recupera un poco la cordura con lo que parece el obligado tema dedicado al 11-S que muchos músicos aparentemente quisieron incluir en sus discos durante los años posteriores al atentado.”Illume” tiene un buen ritmo y bastantes cambios como para hacerla interesante pero no acaba de emocionar. “Thrown Down” es mucho mejor, con esa historia de amor chungo que tanto parecen gustarle a Nicks, sobre todo es buena la forma en la que se ha mezclado, con cada elemento entrando poco a poco, peguen la oreja a McVie que empieza a dejar lecciones de bajo melódico.

Con “Miranda”, Buckingham retoma el tono mas rockero pero consigue mantenerse dentro de los parámetros de canción normalíta, esta vez contado la historia de una chica que se busca, se pierde y..¿se encuentra? De nuevo, con “Red Rover”, el guitarrista parece dudar entre su lado menos accesible y el comercial, merece la pena por los rápidos arpegios de guitarra.

Una de las joyas del álbum es la canción-título-single estrella. Un medio tiempo romanticón de Stevie, cuya voz, si bien se ha vuelto mas gutural y menos suave con los años, encaja perfectamente con la melodía. Para compensar, las hijas y sobrinas de los miembros del grupo meten unos coros al final de la canción, el tema perfecto par escuchar en la carretera.

Como diciendo “yo no me quedo atrás, zorra” Lindsey nos ofrece “Peacekeeper”, con una letra que parece describir el papel de los EEUU en el llamado Nuevo Orden Mundial, pero eso si, desde el amor. No se pierdan las extrañas voces como de canción del verano durante el estribillo. El riff que mezcla acústica y eléctrica es de lo mejor que ha compuesto este hombre en muuuuuucho tiempo. Con un principio de inspiraciones árabes – o mas bien, un poco Led Zeppelin – se nos presenta la canción mas larga del disco, (seis minutos), “Come”, que combina esa atmósfera agobiante y tranquila con otros momentos de batería rotunda y, lo han adivinado, mas gritos primarios de Buckingham que pasan del canal derecho al izquierdo.

Un loop de teclado sirve de base para que Nicks se ponga con su momento Pimpinela “deja aquí la llave, amas a otra persona”, en “Smile at you”, con unos coros, simplemente de aúpa. La temática no varia mucho para “Running through the garden”, pero se agradece cómo sube el ritmo al poco de empezar la canción. La voz de Nicks parece que va a romperse en cualquier momento y esa fragilidad aparente la hace ganar muchos puntos al tema. Ahora bien, ¿qué querrá decir “jardín tóxico???”” No obstante me encanta la frase “por el amor que tengo por tu vida”.

Silver girl” recuerda un poco a “Gold dust woman” (de Rumours) o incluso la mismisima “Rhiannon”, no a nivel musical, pero parece hablar de una de esas heroínas trágicas en las que probablemente Stevie se ve reflejada, sobre todo cuando representan gente que aparentan ser juguetes rotos.

Unas congas (¿o son bongos?) se meten en la tranquila y acústica “Steal your heart away”. Aquí Lindsey se deja de experimentos y ofrece un tema 100% melódico, bonito y convincente. ¿Tanto trabajo te cuesta, hijo? ¡Hasta el solo de guitarra pega! El siguiente, “Bleed to love her” - joer, sangrar por amor me parece un poco heavy – es uno de los que los Mac presentaron en su concierto de reunión. En teoría Christine participa con algunos coros y teclados, aunque por lo que se deja caer en el documental “Destiny Rules” es mas que probable es que la Perfect mandase sus pistas por correo, o que directamente el grupo optara por utilizar las del álbum en vivo. Es una canción con algún deje de himno, a mi me recordó un poco a U2, lo cual suele ser bueno.

Escuchen la línea de bajo de “Everybody finds out”, canela fina. De nuevo Nicks toma la voz solista y de nuevo, una historia de infidelidades, pero esta vez contada desde el punto de vista de “La Otra”, fíjense; “no lo puedes tener, me llama todos los días, dice que me adora, no lo puedes querer, yo lo tengo la mayor parte del tiempo”, ¿Se puede ser mas chunga, vengativa y mala de telenovela? Por supuesto, ¡me encanta! Y por si fuera poco tiene algo así como un solo de teclado cerca del final, con el típico sonido de sección de cuerdas, con lo que los Fleetwood Mac se acercan peligrosamente al territorio Camela. Digo “algo así” porque por el fraseo parece mas un sintetizador de guitarra, vaya usted a saber, en cualquier caso estábamos echando en falta algo mas de teclados en el disco.

La cosa no baja de nivel con el tema “Destiny Rules”, Lindsey coge la resonadora (o Dobro o como la quieran llamar) para tocar los licks y la limpia percusión de MF termina por coronar un tema excelente. Ahora bien, para “Say goodbye” el señor Buckingham vuelve a los arpegios de acústica a velocidad absurda mientras mete una letra intimista. Para terminar, mas teclados y voz insinuante de Stevie en la última canción del disco, que también tiene la palabra “adiós” en el título, porque ella no va a ser menos que su ex y tiene derecho a despedirse como a ella le venga en gana. “Goodbye baby”.

ADIOS NENA, ADIOS

Parece increíble, pero...¡el articulo se acaba! ¿Quién lo iba a decir? En fin, pensamientos finales sobre “Say you will”: al igual que muchos discos de pop/rock “convencional”, es difícil decir que me ha encantado con la primera escucha, pero como “Rumours”, las melodías te van volviendo a la cabeza y acabas dándole mas oportunidades hasta que te das cuenta de que te has aprendido la mayor parte de los temas. Cuatro estrellas, ocho sobre diez.



Aún así, se nota la falta de una tercera compositora, si bien tanto Lindsey como Stevie cuentan con colaboradores a la hora de escribir algunas pistas, se acentúa demasiado la diferencia entre los dos. La Perfect siempre se las había arreglado para sonar mas “adulta” entre tanto berrinche y recriminaciones. A nivel de sonido, la producción es impecable, aunque sería un buen ejemplo de lo que los aficionados a la alta fidelidad han denominado “loudness wars”, esto es, el fenómeno de subir el volumen general mediante compresiones y normalizaciones que hacen que la música suene, por así decirlo, “mas fuerte” bajo riesgo de perder muchos matices. Probablemente a usted esto le importará mas bien poco, pero a los tíos con vello facial que viven con sus madres les trae por la calle de la amargura.

Como ya indiqué anteriormente, hay un documental sobre la grabación de este disco, llamado “Destiny Rules”, así como un doble DVD en directo de la gira “Live in Boston”, voy a comentar el primero porque también es barato – por lo menos cuando me lo compré rebajado – y porque ya llevo tanto de este artículo que unas paginas mas tampoco me suponen mucho mas problema. Grabado con unas cuantas cámaras miniDV, “Destiny Rules” podría suponerse como el típico documental que intenta presentar a un grupo veterano como una unión de gente alegre y feliz que está riéndose todo el rato, pelillos a la mar, ahora somos adultos estables alejados de la droga y capaces de ignorar los traumas pasados. Pero esto es Fleetwood Mac.

Alternando algunas “cámaras ocultas”, “robados” - o nos quieren hacer creer que lo son – con entrevistas y trozos de las sesiones de grabación, el documental (con una calidad de imagen, digamos, variable) nos muestra que las tensiones en FM no solo no han desaparecido sino que de vez en cuando amenazan con desintegrar el grupo. Lindsay se emperra en que el nuevo disco sea doble (¿¿¡¡pero es que este tío no aprende??!!!), en un principio Mick apoya la idea, incluso Buckingham se atreve a argumentar que se ve como un director de cine independiente al que no le importa ganar algo menos si puede llevar su visión artística a buen puerto.

Si ese concepto ya es de por risible – tronco ¡que tienes un contrato con Warner!- la cosa va escalando con la creciente incomodidad del guitarrista mientras Nicks le explica que algunas de las letras del disco van referidas a él, de mientras el batería decide que lo del disco doble no le convence.. El vídeo también nos permite contemplar el creciente pasotismo de McVie con cualquier cosa que no sea tocar el bajo, prefiriendo su barco o su superdeportivo – siendo este un supuesto blog sobre coches, debería saber qué modelo y me atrevo a aventurar que es un Aston Martin, pero no se deja ver mucho mas – a discutir un proceso creativo que le trae un poco al pairo, incluso cuando el grupo planea gastarse varios miles de dolares en las mezclas.

A pesar de tantas discusiones, el grupo consigue terminar el CD (poca tensión a este respecto), pero en los ensayos para la gira la ex pareja no pasa la oportunidad de hacer algún que otro comentario para ponerse a prueba, qué bonito. Como ya he comentado antes, la calidad del vídeo no es precisamente HD, es 16x9 letterboxed (es decir, panorámico pensado para televisores de 4:3) y tiene unos colores mas bien apagados, pero, como se suele decir, se deja ver.

Al igual que el CD, durante un tiempo se vendió por una cantidad desproporcionada – sobre todo por 85 minutos de metraje – pero hace ya un tiempo que se pasó a unos mas razonables 8,99 Ecus, a diferencia del doble DVD en directo que si no me equivoco se sigue ofertando mas allá de nuestros preferibles 12 €. No hagan caso de las muchas críticas de aficionados en las webs, ese sí que está bien grabado y realizado, lo que resulta un poco incomprensible es que no se hiciera un megapack con “Destiny Rules” y el directo, misterios del marketing...

Por cierto, uno de los colaboradores de lujo para “Say you will” fue la guapisima Sheryl Crow, que añadió algunas voces y teclados, para ver el metraje descartado del DVD en el que aparece, tendrán ustedes que hacerse fans (o “megustadores”) del grupo del documental en Facebook, ¿no hubiera sido mas fácil y mejor para las ventas dejar esas escenas dentro de película???

De hecho, la Crow pudo haber sido una sustituta de Christine, una idea apoyada por Nicks abiertamente. Al respecto, Buckigham llegó a decir durante una de las entrevistas promocionales de una de sus obras en solitario que “incluir a Sheryl en la banda nos hubiera hecho parecer un espectáculo de Las Vegas”. La respuesta lógica ante este razonamiento hubiera sido cogerle por el hombro y espetarle al veterano guitarrista; “querido Lindsey, tu banda lleva ya 10 años siendo un espectáculo de Las Vegas”.

Existe una edición especial de “Say you will” con algunos bonustracks y un poster, entre esos “extras” hay versión de Bob Dylan por parte de LB, así que si tienen valor, ya saben, a ver si hay suerte por ebay...

Tras la gira, poco ha sucedido en la carrera del grupo, Mick ha montado un banda de blues con la que tocar temas de la etapa con Green, (recientemente apareció en un tributo a ZZ Top), mientras que Buckingham y Nicks han seguido con sus carreras en solitario. Se reunieron para una gira de grandes éxitos “Fleetwood Mac unleashed” (o sea, desatados) y amenazan con disco nuevo para este 2012, vaya usted a saber si será cierto. Si tarda lo mismo en ponerse barato, lo mismo tenemos crítica en el 2016...

Bueno, después de semejante tocho cultural, prometo que la próxima entrega tratará sobre conducción, mas concretamente sobre cómo he llegado a batir mi récord de tiempo al volante...

4 comentarios:

  1. Siempre me gustaran mucho los Fleetwood, pero nunca me tomé el tiempo suficiente para conocer a fondo sus chungueces, y para saber apreciar bien a fondo el deliro divesco de Stevie. Muchas jracias por este didacticismo.

    ¡Y no hay que pedir perdón por nada! Esta gente compuso pedazos de obras maestras. Si los indies o antiestablisment tienen el oído lleno de cerumen, eso NO es culpa de estos genios. Lo mismo aplico a gente como Jim Morrison en el bando contrario: odia lo que quieras al personaje y a sus tics, pero 'Riders on the Storm' es un 10 lo pilles por donde lo pilles.

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  2. Plas, plas, plas...se me ha hecho corto. FM es la música ideal para poner en esta carrera de ippis en 4L que hoy pasa por Sevilla (me los he encontrado por la ruta de la plata mientras bajaba de Badajoz a SVQ) No tiene precio ir a recoger un Seat León y que te den un A4...

    Por cierto, que alguien avise a los músicos que se olviden de discos dobles hoy en día, si en los 70 esto eran unos 90 minutos de música, un CD doble son casi 160 minutos...muy bueno hay que ser tan sólo para hacerlo sencillo. Es más, algunos deberían tener prohibido hacer CDs de más de 30 minutos

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  3. ¡Muchas gracias por los comentarios! VyS: Coincido con lo de Morrison, además los Doors tienen mas un cruce de caminos con mi próximo monográfico...¡¡¡Sting!!! Xavi, yo apoyo siempre un disco doble... er, mas o menos ¿un A4? ¡No puede haber sido Europcar!

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  4. Ha sido Europcar !!!

    (coincidiendo con que es la primera reserva post-Spanair, sustituí la targeta de viajero frecuente por la Miles&More de Lufthansa...no creo que haya sido casualidad... ;-)

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